Gimnasia rítmica

El calvario de María Añó, la gimnasta que denunció a su entrenadora: "Gorda, celulítica, eres lo peor"

La gimnasta, cinco veces campeona de España de gimnasia rítmica, estuvo durante años sufriendo en silencio los insultos y vejaciones de su entrenadora, hasta que en 2022 lo denunció ante una comisión Federación.

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María Añó trata de dejar atrás los insultos y humillaciones que sufrió por parte de su entrenadora durante varios de los años que estuvo compitiendo como gimnasta internacional. La que fuera cinco veces campeona de España ha denunciado públicamente las vejaciones que, según su testimonio, tuvo que soportar: "Gorda, celulítica, eres lo peor", recuerda las palabras con las que se dirigían a ella.

"Coge todas las medallas, todos los trofeos y guárdalas en el sótano, que no los quiero ver"

María Añó

En 2022 denunció los hechos y la sentencia del Tribunal Administrativo del Deporte terminó con la inhabilitación durante dos años de la que fue su entrenadora. No obstante, María sigue aún recuperándose de los daños psicológicos que le dejó el sufrimiento durante estos años:"Le dije a mi madre: 'coge todas las medallas, todos los trofeos y guárdalas en el sótano, que no los quiero ver'", rememora. Prohibirle comer o darle un hueso de pollo para cenar eran alguno de los castigos que le imponían durante las concentraciones.

"Me decían que estaba gorda, que me tenía que pesar"

María Añó

La gimnasta de Benicarló vivió un calvario que le dejó secuelas que se manifestaron en forma de depresión y bulimia. "Me decían que estaba gorda, que me tenía que pesar", explica. La llamaban celulítica cuando pesaba menos de 40 kilos, la obligaban a pesarse por la mañana y por la tarde e incluso la aplaudían irónicamente cuando adelgazaba unos gramos: "Nos dejas en ridículo. Las medallas son mías. No te queremos aquí", la increpaban.

En una ocasión, la entrenadora llegó a llamarla loca y le recomendó ir al psicólogo. María perdió el interés por la que había sido su pasión desde los tres años. Dejó de competir y se alejó del mundo de la gimnasia rítmica al tiempo que trataba de recuperarse del daño psicológico.

Su psicólogo la animó a denunciar

Fue su propio psicólogo quien, tras conocer lo que estaba pasando, la animó a dar el paso de denunciar ante la Real Federación Española de Gimnasia y, pese a que la amenazaron con que si lo contaba sucedería "algo muy grave", María denunció a su exentrenadora.

Desde que su caso se hizo público, la exgimnasta dice haber sufrido acoso por parte de la denunciada, pero es algo que no va a permitir que la vuelva a alejar de la gimnasia rítmica: "Estoy sanando, estoy volviendo a ser la María Añó que pisaba un tapiz con fuerza. La gimnasia es arte, es pasión y es mi vida".

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