Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Los atletas de Tokio 2020 siguen poniendo a prueba las 'camas antisexo' de la Villa Olímpica

Dos jugadores de la selección de baloncesto argentina y tres futbolistas del combinado mexicano de fútbol han sido los últimos en medir la resistencia de las camas de cartón de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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Las ya famosas camas 'antisexo' de la Villa Olímpica de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 siguen generando contenido viral. Casi a diario, atletas de todas los países y disciplinas olímpicas suben a las redes sociales un video en el que prueban la resistencia de estos colchones de cartón.

Los últimos en hacerlo han sido tres futbolistas de la selección de fútbol mexicana, Jesús Angulo, Adrián Mora y Joaquín Esquivel, y dos jugadores del combinado argentino de baloncesto, Francisco Caffaro y Tayavek Gallizzi.

Los primeros se tiran 'en plancha' sobre la cama de cartón, que aguanta sin problemas, y los segundos saltan a la vez sobre el colchón con el mismo resultado.

"Estamos acá con el Taya, 220 kilos entre los dos. Vamos a probar si las camas de cartón son resistentes", dice Caffaro al comienzo del video que subió a su cuenta de Tik Tok. Tras saltar algunos segundos arriba de la cama, el pivote se baja y mirando a la cámara lanza: "Sí, son muy resistentes las camas".

El rumor

La Villa Olímpica de Tokio 2020 cuenta con 18.000 camas que están construidas de cartón para poder reciclarlas una vez terminados los Juegos Olímpicos. A raíz de esto, se empezó a rumorear que las camas no tenían la capacidad para aguantar movimientos bruscos ni dos personas encima de ellas, con el fin de evitar la actividad sexual.

Con la amenaza latente de un rebrote de Covid-19 que pudiera precipitar una fatal interrupción, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se inauguran este viernes, un año después de su fecha prevista, con la esperanza de que el mayor espectáculo deportivo del mundo, con 10.500 atletas de 204 países en acción, alivie la carga psicológica derivada de la pandemia.

Por primera vez en la historia olímpica, en recintos sin público para no dar facilidades al coronavirus, podrán oírse con nitidez el repiqueteo de los clavos sobre el tartán, el chapoteo de brazos y pies en la piscina, la respiración fatigosa de las gimnastas en pleno esfuerzo, las consignas de los entrenadores a sus equipos, incluso palabras gruesas proferidas en momentos de frustración.

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