Sevilla

Un vecino con alma de cineasta convierte las Tres Mil Viviendas de Sevilla en un barrio de película

Antonio Liñán es pintor de fachadas que aprovecha sus ratos libres para escribir guiones y rodar películas sobre la difícil vida de los jóvenes del barrio.

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En el Polígono Sur de Sevilla existe un barrio de sobra conocido, las Tres Mil Viviendas. Y lo es casi siempre por noticias relacionadas con el paro, la delincuencia y la droga. Nada positivo. Pero a veces, incluso en los lugares menos esperados, surgen brotes verdes. Y ese reverdecer tiene un nombre, Antonio Liñán, un trabajador de la construcción que pinta fachadas.

Hace 40 años que este vecino manitas (también fue herrero) decidió mudarse al barrio de Las Vegas, dentro del núcleo de las Tres Mil Viviendas. Allí, donde casi una cuarta parte de los residentes no sabe leer y el desempleo se ceba con ellos, llegando al 80 por ciento. "Este barrio nunca ha tenido futuro. Desde que llegué no ha hecho más que ir a peor", lamenta.

Por los ojos de Liñán han pasado mil y unas escenas que pocos imaginarían. Así que se le ocurrió emular al mismísimo Woody Allen para retratarlas tal cual. "No soy como ese gran director, lo mío es más de Star Trek", confiesa entre risas.

Cine de autor a ratos libres

Antonio Liñán siempre supo que tenía talento para el séptimo arte. Sin apenas conocimientos del oficio, realizó incursiones esporádicas grabando escenas o algún que otro corto de terror con su hijo, hasta que a sus 54 años apostó, aprovechando el parón de la pandemia, por el largometraje. Y ya ha rodado dos, la primera y la segunda parte de 'Coge lo bueno y deja lo malo'.

"Son historias de aquí mismo, sobre delincuencia, venganza y tiroteos", afirma. Pero como el propio título indica, la trama tiene moraleja: "Quiero enseñarles que hay un camino diferente y por eso los recluto para hacer la película", reflexiona Liñán sobre los jóvenes de un barrio donde casi 300 vecinos solo pueden comer una vez al día.

Poder rodar ha sido una odisea para el 'Nene', como así lo llaman sus allegados, ya que muchos de esos jóvenes ni siquiera han memorizado el guion o han descuidado el aspecto del personaje: "Buena parte de lo grabado ha sido improvisación, pero ha quedado muy natural", confiesa.

En el plazo de un año pudo concluir una de esas películas. La última se estrenará el próximo 3 de diciembre en la Factoría Cultural de Sevilla que hay en el barrio, mientras ya prepara la tercera parte.

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