El Museo Thyssen viaja al lejano Oeste

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HASTA EL PRÓXIMO 7 DE FEBRERO

El Museo Thyssen-Bornemisza acerca 'La ilusión del lejano Oeste' a Madrid

La exposición recoge pinturas y fotografías de artistas como Karl Bodmer, George Catlin, Henry Lewis, Albert Bierstadt, Edward S. Curtis o Carleton E. Watkins. Pero también objetos etnográficos, cómics, carteles de cine, penachos de plumas y objetos utilizados por los indios para dar vida a las leyendas sobre el Lejano Oeste.

El Museo Thyssen-Bornemisza viaja al Oeste y lo hace a través de uno de los terrenos de su colección más inexplorados y al que se quiere poner en valor, en la exposición 'La ilusión del lejano Oeste'. El barón Hans Heinrich Thyssen fue el primer coleccionista europeo que apostó por los artistas americanos del siglo XIX que se adentraron en los territorios del Oeste norteamericano y mostraron sus paisajes, así como unas formas de vida que estaban en proceso de desaparición.

Las del barón, gran aficionado a la literatura y al cine del Oeste, son las únicas obras que existen en España de este periodo. Entre ellas destaca la carpeta de grabados de Karl Bodmer, así como obras de Henry Lewis, George Catlin o Thomas Cole. A los gustos de Han Heinrich Thyssen se unen los de Carmen Thyssen, quien en la presentación de la exposición ha recordado que, durante su matrimonio con el actor norteamericano Lex Barker, quien participó en varias películas del Oeste, coleccionó obras de arte y objetos pertenecientes a este capítulo de la Historia del arte.

Poseer esta colección es, en opinión de Guillermo Solana, director artístico del museo, un privilegio, aunque ha lamentado que esté "un poco olvidada", ya que en Europa es muy poco conocida "y desde América no nos piden prestamos por cuestión de lejanía". En esta situación "de relativo olvido", este proyecto "encaja perfectamente" en el programa del museo.

Muestra, a modo de los antiguos gabinetes de curiosidades del Renacimiento, pinturas, fotografías, esculturas, objetos etnográficos, libros, cómics, carteles de cine, penachos de plumas, objetos utilizados por los indios, entre otras piezas que dan vida a las leyendas sobre el Lejano Oeste. La exposición tiene algo de "refrescante y rejuvenecedora" frente a las planteadas por algunos museos, "que son lisas, uniformes y con una relato que casi siempre es el mismo", según Solana, quien reivindicó la unión entre arte y naturaleza. "Se habla de la quiebra y la escisión entre un territorio natural y una cultura que sufrió la invasión y el choque de civilizaciones".

Por ello, 'La ilusión del lejano Oeste' es como "una medicina que trata de ofrecer un tratamiento terapéutico para tratar esa escisión entre el hombre y el arte con la naturaleza". Una escisión que ha tratado el comisario Miguel Ángel Blanco al seleccionar obras de esos artistas que contribuyeron a crear desde muy pronto una "ilusión" del lejano Oeste, combinando el entusiasmo romántico y la admiración genuina con los tópicos, prejuicios y expectativas que enturbiaban la mirada del hombre blanco.

La exposición, que comienza en los jardines del museo en los que se ha colocado una gran tienda india como introducción, muestra obras de artistas como Karl Bodmer, George Catlin, Henry Lewis, Albert Bierstadt, Edward S. Curtis o Carleton E. Watkins, entre otros. En el planteamiento del recorrido también ha sido importante para Miguel Ángel Blanco mostrar, a través de documentos, mapas y otros objetos, la aportación que tuvieron los españoles y su presencia en los territorios de Norteamérica durante más de tres siglos. "El único tratado de la historia de Estados Unidos que duró largo tiempo fue el que hicimos los españoles con los comanches". Así, la exposición se inicia con un prólogo dedicado a los exploradores españoles que establecieron los primeros contactos con las tribus, ya desde el siglo XVI.

La representación de la naturaleza desbordante y grandiosa como la de Yosemite, Yellowstone o el Gran Cañon exigió la formulación de un marco conceptual y visual apropiado. Pintores como Thomas Cole, Albert Bierstadt y Thomas Hill, con un exacerbado lenguaje romántico, crearon obras que tuvieron gran trascendencia en la historia del arte; y fotógrafos como Carleton E. Watkins, Timothy O'Sullivan y William Henry Jackson establecieron un modelo de paisaje fotográfico que continúa vigente.

Otro espacio de la muestra está dedicado a los retratos, sobre todo de jefes indios como Toro Sentado o Gerónimo, realizados entre otros por Karl Bodmer y George Catlin o los fotógrafos Adolph Muhr y Edward S. Curtis. Trajes, objetos cotidianos y rituales, armas, adornos que ilustran la forma de vida de las tribus, incluida una cabeza de bisonte, se exhiben junto a carteles de cine, películas, libros o la colección particular del editor Alfredo Lara. Como cierre del recorrido, se presentan trece libros-caja relacionados con el Oeste americano, pertenecientes a la Biblioteca del Bosque, iniciada por el comisario y artista Miguel Ángel Blanco en 1985.

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