El responsable del espectáculo se llama Marc, es belga y lo suyo son los retos imposibles. Hace 20 años llegó a España decidido a montar pistas de hielo en este caluroso país. Pero nunca antes tuvo que instalar una al aire libre en pleno verano.
Un delicadísimo escenario que debe mimarse. Cada hora se riega para engrosar una capa de hielo que tendrá que soportar una diferencia térmica de 50 grados. Doce grados bajo cero en la pista y 35 grados, o casi 40 en el ambiente.
Enormes máquinas refrigeradoras y potentes bombas de aire frío mantienen un clima perfecto dentro del iglú antes de la función. Pero llega la prueba de fuego. Hay que retirar la protección y ver si el hielo resiste las altas temperaturas.
Los bailarines rusos del Imperial Ice Stars comprueban por primera vez la solidez de este gélido y efímero 'Lago de los Cisnes'. "Es increíble un hielo tan bueno con un tiempo como éste", explicanos Olga. Y con un marco tan incomparable como el Palacio Real de Madrid, que hace innecesario poner otro decorado al escenario.