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ALGUNOS MUSEOS HAN PROHIBIDO LOS PALOS SELFIES
Las mejores pifias entre los turistas al hacerse un 'selfie' con obras de arte
El último caso lo encontramos en una chica en Los Ángeles que puede que se haya hecho la autofoto más cara de la historia. La factura asciende a 200.000 euros por arruinar varias esculturas. Aunque no es el único caso, las consecuencias por el afán de salir en la imagen deja a los protagonistas con 'cara de pocos selfies'.
Dos amigas entran en esta exposición en Los Ángeles. Una dispara una foto de las de siempre. Pero la otra busca el escultura, ser más protagonista, y lo consigue aunque no de la manera más esperada. El resultado está a la vista de todos, 11 coronas por los suelos y 175.000 euros que se esfuman.
No es la primera vez ni será la ultima, que para museos o monumentos , los móviles son una amenaza.
Encontramos otro caso similar en el corazón de Lisboa, falta una famosa escultura, porque un hombre de 24 años se quiso inmortalizar junto a Sebastian I. El joven acabó en la cárcel y el Rey destrozado. Hubo otro caso más en la capital portuguesa, otro descuido dejo a San Miguel sin remedio.
Porque una cosa es confundir una obra artística con botellas, tiradas o resbalar sin mas, y otra arriesgar al máximo para conseguir el enfoque imposible. Las consecuencias podemos verlas en el símbolo de Cremona, hecho pedazos y también en Italia, Dionosio, amputado de cuajo.
En Tubinga, Alemania, un chico quiso meterse tanto en escena que quedo atrapado por la escultura.
Como consecuencia de estos desafortunados momentos, muchos museos han prohibido ya los palos selfies. Pero los destrozos continúan, como un efecto dominó.
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