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// Gabriela Mato Fresán

Las confesiones de Candela Peña que no van a gustar a Icíar Bollaín

Cuando acudes a un coloquio con Candela Peña nunca sabes lo que te vas a encontrar. Fui el sábado a ver ‘La boda de Rosa’, de Icíar Bollaín, a los únicos cines de barrio que existen en Madrid, los Embajadores. Al final de la película, Candela Peña y Paula Usero acudían a hablar de ella.

En una cita como ésta, lo habitual es que las actrices cuenten cómo se metieron en el papel, loen a sus directores y detallen cómo les ha marcado su último trabajo. Pero aquí, queridos míos, la protagonista es Candela Peña y lo habitual con ella simplemente no existe.

Peña llega con mascarilla pero enseguida se la quita -pidiendo permiso y manteniendo distancias-. Primero se interesa por si la película ha gustado a la concurrencia. Recibe un amplio sí como respuesta. La segunda pregunta que lanza anticipa que lo que vendrá promete: “Tenéis suerte de que Iciar no esté aquí, ¿algún amigo de ella en la sala?”

La actriz explica que nunca es primera opción para los directores, que incluso Icíar Bollaín, con la que ha trabajado en otras ocasiones, también le ha hecho casting para esta película, que el adjunto a la dirección se creía que esta comedia con tintes de drama familiar era ‘Apocalypsis now’ y no paraba de gritar, que los actores se preparan mucho el papel para que luego el director -pongamos que sigue hablando de Bollaín- haga corte y confección en la sala de montaje, les desbarajuste el personaje y suprima las escenas que tan a conciencia habían trabajado. “Es muy maría tijeritas”, sentencia.

"La actriz explica que nunca es primera opción para los directores, que incluso Icíar Bollaín, con la que ha trabajado en otras ocasiones, también le ha hecho casting para esta película"

Entonces llega el turno de Paula Usero, actriz que además de grabar dos películas con Bollaín, arrasa con la segunda temporada de Luimelia en AtresPlayer Premium Quizás envalentonada por lo que acaba de escuchar o simplemente por inconsciencia propia de su bendita edad -es casi 20 años más joven de Peña- se lanza a explicar que cuando vio la película por primera vez lloró: “No de emoción, sí del disgusto”, aclara. Lo que ella creía que había rodado no se asemejaba en casi nada a lo que acababa de presenciar.

Llegados a este punto, la espectadora que ha acudido a la sala -a la que, dicho sea de paso, le ha gustado la película- duda de si lo que escucha son reproches y críticas o simplemente la descripción sincera de una profesión a menudo mitificada. Esa misma espectadora solo puede alabar la valentía y el talento de estas dos actrices que, contando todo esto tras un estreno, siguen consiguiendo buenos papeles, casting mediante, eso sí. ¡Ole vosotras!