La ciudad de Auckland, en Nueva Zelanda, está cambiando. Los transformadores eléctricos toman una apariencia mucho más atractiva desde que el artista Paul Walsh se dispuso a trabajar.
Walsh cuenta con el reconocimiento del público local desde que creara el mural Grumpy Cat. Además, el ilustrador y diseñador web ha recibido recientemente el encargo de decorar la red eléctrica del municipio.
Hasta el momento, el artista ha pintado con aerosol cinco casetas. En cada una invierte entre dos, y cinco horas para concluir su obra. Walsh pretende dejar su estampa en al menos diez o quince emplazamientos más.