Publicidad

declarado de Interés Turístico Internacional desde el año 2002

Catoira vuelve a reproducir la invasión de los guerreros escandinavos en la LVII edición de la Romería Vikinga

Una recreación anual de los tambores y el fuego que amenizaban la llegada de los guerreros nórdicos, quienes ataviados con pieles y el característico casco con cuernos vikingo descendieron de sus embarcaciones con los rostros completamente manchados de barro al grito de "¡Ursula!".

La localidad pontevedresa de Catoria ha vuelto a defender hoy las Torres de Oeste en el transcurso de la LVII edición de la Romería Vikinga en la que se reproducen las invasiones de los guerreros escandinavos en tierras gallegas.

Sobre la desembocadura del Río Ulla y con el sol posicionado en su cenit, a lo lejos de las denominadas Torres de Oeste comenzaron a escucharse los alaridos y toques de cuerno de unos invasores que remontaban en sus drakkar -tradicional embarcación vikinga-, los últimos metros del río que divide las provincias de A Coruña y Pontevedra, para asaltar la fortificación medieval catoriense.

A pocos minutos para que el reloj marcase las 13:00 horas, desde tierra los tambores y el fuego amenizaban la llegada de los guerreros nórdicos, quienes ataviados con pieles y el característico casco con cuernos vikingo, descendieron de sus embarcaciones con los rostros completamente manchados de barro y vino al grito de "¡Ursula!" -diosa vikinga-, hasta alcanzar tierra firme, donde se ha reproducido la histórica llegada del pueblo vikingo.

De esta forma, con las espadas en lo alto y empuñando martillos de grandes dimensiones, los invasores escandinavos asaltaron la localidad de Catoira, en una confrontación en la que en lugar de correr regueros de sangre, el vino del Ulla ponía la nota de color para deleite de los miles de espectadores.

Estos, desde los aledaños de la fortificación y sobre la pasarela del puente de Catoira, contemplaban un espectáculo declarado de Interés Turístico Internacional desde el año 2002.

La proyección internacional del evento ha derivado en que la localidad pontevedresa se encuentre hermanada desde 1993 con Frederikssund, ciudad danesa con mayor tradición vikinga, dejando patente que esta festividad simboliza la unión y la confraternidad entre los pueblos.

La dramatización del desembarco es la principal atracción de toda una semana de festejos relacionados con el mundo vikingo, en los que, entre otras, se han desarrollado actividades literarias, musicales y formativas, además de un mercado medieval con productos típicos gallegos.

Con la de hoy, la recreación histórica ha alcanzado su 57º edición, pues desde que en 1960 el foro artístico y literario Ateneo do Ullán decidió rememorar la derrota del rey Ulfo a manos de las tropas del obispo Cresconio, esta fiesta no ha hecho más que ganar relevancia con el paso de los años, dando lugar a una divertida jornada en la que los bárbaros guerreros toman las estrechas calles de Catoria.

Publicidad