Virginia Woolf, una de las escritoras feministas más icónicas del siglo XX

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GOOGLE HOMENAJEA A LA ESCRITORA BRITÁNICA

Virginia Woolf, la vida detrás de una de las escritoras feministas más icónicas del siglo XX que protagoniza el Doodle de Google

La novelista, ensayista, editora y crítica británica Virginia Woolf fue una de las figuras intelectuales más relevantes, pero su vida no fue nada sencilla debido a que sufría un trastorno bipolar que la llevó a suicidarse cuando tenía 52 años después de varios intentos fallidos.

Virginia Woolf, la novelista, autora de La señora Dalloway, Las Olas y Al faro, nació el 25 de enero de 1882 en Londres, hace exactamente 136 años, motivo por el que Google la homenajea este jueves a través de un Doodle. Referente del movimiento feminista mundial, desarrolló su carrera literaria durante el periodo de entreguerras, aunque fue en la década de los 70 cuando sus escritos comenzaron a tener la repercusión que ha hecho que su recuerdo perviva en el siglo XXI.

La escritora formó parte del Círculo de Bloomsbury, un grupo de intelectuales británicos del primer tercio del siglo XX, y fue una de las figuras intelectuales más relevantes del primer tercio del siglo XX. Sin embargo, fue su ensayo 'Una habitación propia', con el que la escritora fue redescubierta por las feministas años después que hicieron suya la frase 'una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción'.

No obstante, a pesar de su estatus social, la vida de esta novelista, ensayista, editora y crítica no fue nada sencilla porque sufría un trastorno bipolar con el que intentó lidiar hasta que se suicidó el 28 de marzo de 1941 a los 59 años, aunque su primer intento de suicidio fue con 22 años tirándose por la ventana. Tras una infancia en casa sin ir a la escuela porque sus padres decidieron ser sus educadores - a los 7 años ya sabía latín, francés e historia-, llegó a creer que los pájaros piaban en griego y que el Rey Eduardo VII decía maldiciones detrás de un seto.

Entre una de las anécdotas más sonadas de su vida destaca cuando se pintó la cara de negro junto a cinco amigos y todos se hicieron pasar por el príncipe de Etiopía y su séquito, consiguiendo subirse al acorazado HMS Dreadnought de la Real Armada Británica en un viaje de 40 minutos.

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