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con el thriller policiaco 'La silueta del olvido'

Joaquín Camps, Premio Azorín de Novela 2019

La Editorial Planeta y la Diputación Provincial de Alicante concederán este prestigioso premio esta tarde en una ceremonia que se celebrará a partir de las 19.00 horas en la ciudad levantina. Puedes seguir aquí el fallo del jurado, que otorga un premio dotado con 45.000 euros para la novela ganadora.

El valenciano Joaquín Camps Torres se ha adjudicado con el thriller policiaco 'La silueta del olvido' el XXVI Premio Azorín de Novela, organizado la Diputación de Alicante y el Grupo Planeta y que está dotado con 45.000 euros.

Camps Torres (Gandía, 1973) es un economista catedrático especialista en el comportamiento humano en las organizaciones en la Universitat de València, ciudad donde reside, y presentó su novela con el pseudónimo de Víctor Palmer y el título ficticio de 'Recordando olvidar', sin especificar la procedencia del envío.

De poco más de 400 páginas, en 'La silueta del olvido' es una intriga policiaca ambientada en la ciudad de Valencia cuya protagonista es una inspectora de la Policía, Claudia Carreras, con una cojera y que padece "aún más cuando está enfrente de un chico que le gusta", según ha desvelado el autor al recoger el galardón de manos del presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez.

"Es una mujer que en la novela debe enfrentarse a un secuestro y donde, poco a poco, descubre a los culpables y a sí misma", ha añadido Camps Torres antes de comentar que es la primera vez que recibe un reconocimiento en su condición de escritor. Ha relatado que se inclinó por que su protagonista sufriera cojera porque necesitaba de un defecto físico y esa discapacidad "podía modularla" por las circunstancias en que se produjo la lesión, y también porque "condiciona su carácter" y se convierte "en el termómetro de su nivel de estrés emocional".

También ha confesado que le emociona especialmente recibir el Azorín en Alicante ya que en 1920 su abuelo partió de uno de los pequeños pueblos del interior de esta provincia, La Vall de Gallinera, rumbo a Nueva York, donde, sin apenas saber leer ni escribir, trabajó de peón en las obras del metro.

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