Tyler con su coleta y su enrevesado atuendo gipsy durante el concierto en Madrid

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LA BANDA CELEBRA SU MEDIO SIGLO DE VIDA EN LOS ESCENARIOS

Aerosmith deja que la música hable en su adiós en Madrid

Tan discutidos como idolatrados, ya fuese por su innegable legado o por su deriva comercial en los 90, han sido miles los que en Madrid se han inclinado por celebrar en concierto el cerca de medio siglo de vida de Aerosmith ante su presunto adiós definitivo.

Unas 31.000 personas, según cifras de la organización, son las que se han desplazado hasta el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid para el primero de los tres conciertos que ofrecerá el grupo en España dentro de la gira "Aero-verderci!", el primero también en la región en la friolera de 20 años.

Está siendo y será una larguísima gira mundial de despedida para la que han desplegado la formación de gala, con los fundadores Steven Tyler, Tom Hamilton, Joey Kramer, Joe Perry y, como si lo fuera, Brad Whitford.

Ha sido un concierto para echar la vista atrás en el que a la fuerza han desgranado lo mejor de 15 álbumes de estudio, un cribado en el que sus primeros discos han ocupado un hueco especial como guinda, en especial 'Aerosmith', con el que en 1973 dieron a conocer su rock preñado de blues, o 'Toys in the attic', el que los confirmó como estrellas con futuro.

Necesitados de calor, la banda no ha tardado en lanzar cortes populares, como 'Love in an elevator' o una interminable 'Livin' on the edge', Tyler despojado ya de sus gafas de sol, un beso de carmín marcado en la mejilla y la espalda contra el suelo, entonando como si no hubiese más conciertos en esta gira.

Turno después para otro de los imprescindibles, 'Sweet emotion', con el bajo de Hamilton como protagonista principal, coros robotizados y abundancia de distorsión.

"Oé, oé", ha gritado Tyler con su imposible coleta, una piel aún más imposiblemente tersa a los 69 años y su enrevesado atuendo gipsy, antes de convertir el auditorio en un karaoke fraternal de brazos por encima del hombro, incluidos los de los estoicos roqueros que a estas alturas aguantaban el frío en mangas de camiseta, gracias al meteorito de 'I don't want to miss a thing'.

De esa balada que fue escrita para la BSO de 'Armaggedon' por Diana Warren, la misma de 'Because you loved me' de Celine Dion, han viajado varias décadas atrás hasta otra canción de película, el 'Come together' de The Beatles, momento en el que la rauda 'Eat the rich' ha encauzado el concierto hacia su tramo final, con Perry escupiendo gasolina y ruidos de motor desde su guitarra.

Entonces empieza a sonar una letra: 'There was a time when I was a broken hearted'. El público vuelve a abrazarse así con los primeros compases de 'Crying'.

Con 'Dude (looks like a lady)', una interpretación de 'Dream on' para el recuerdo, con toda la metralla disponible, y la imprescindible 'Walk this way', el grupo ha echado el cierre tras rellenarse los bolsillos, el orgullo y los oídos de Madrid. ¿Seguro que será la última?

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