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DOBLA EL TAMAÑO DE LUXEMBURGO

Un iceberg gigante de 5.800 kilómetros cuadrados podría colisionar con la Antártida

En 2017 se desprendió de la Antártida el tercer iceberg más grande de la historia, el A68, de 5.800 kilómetros cuadrados, que supuso un severo recordatorio de los efectos del calentamiento global. Ahora, el iceberg se encuentra rumbo a colisionar con el frente de hielo Larsen C.

La inmensa masa flotante de hielo A68, en la Antártida Occidental, ha tomado un rumbo de colisión con el frente de hielo Larsen C, al norte de donde se desprendió del mismo en 2017.

Después de un largo período de inactividad helada, A68, que dobla en tamaño a Luxemburgo, ha comenzado a desviarse repentinamente, con imágenes satélite ajustadas para la temperatura de brillo (en púrpura) mostrando un borde del iceberg gigante que se balancea hacia el norte en un movimiento que comenzó en julio de este año, pero que ha ganado velocidad rápidamente desde entonces.

"Se puede ver que entre el 7 y el 12 de julio de 2018 las condiciones climáticas y las corrientes oceánicas conspiran para balancear el iceberg de un trillón de toneladas en sentido antihorario", explica en su blog el oceanógrafo polar Mark Brandon de la Open University en el Reino Unido.

Lo que no está claro es hacia dónde se dirige A68, o qué tan lejos podría estar a la deriva en su trayectoria actual. A partir de su análisis de las imágenes de satélite SAR Sentinel-1 del 29 de agosto (una se muestra arriba), Brandon dice que el viento está empujando el hielo marino hacia el norte del iceberg más al norte, y a un ritmo más rápido que la rotación de A68.

"Mi suposición es que A68 continuará girando, ya que ahora está alrededor de ese punto occidental, hasta que lo que actualmente es el borde norte colisione con el frente de hielo Larsen C. Tiene una cantidad espectacular de impulso y no va a detenerse fácilmente".

No está claro en este punto qué causó que A68 hiciera su giro repentino. Las lecturas de una estación meteorológica automática operada por investigadores de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos muestran vientos tranquilos y temperaturas del aire sin importancia en el período en que comenzó la rotación.

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