Dolor de rodilla

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Tres veces más común que hace 100 años

Resurge un hueso de la rodilla que se perdió debido a la evolución humana

Según un estudio de la Escuela Imperial de Londres, el fabella, un pequeño hueso incrustado detrás de la rodilla está resurgiendo entre los humanos tras pensar que había desaparecido con la evolución.

El fabella, un pequeño hueso situado en la rodilla llegó a perderse debido a la evolución humana. Este hueso es mucho más común actualmente que hace 100 años lo que indica que ha tenido un fuerte resurgimiento en el último siglo.

Este hueso está relacionado con problemas y dolor en las rodillas. Actualmente, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela Imperial de Londres, el fabella, se está volviendo más común en los humanos.

Los resultados procedente de más de 21,000 estudios de rodilla durante 150 años, mostraron que entre 1918 y 2018, la tasa de aparición de fabella en humanos aumentó más de tres veces. Los primeros registros que analizaron, que fueron de 1875, mostraron que se encontraron fabellas en el 17,9% de la población. El análisis mostró que en 1918 este hueso se encontraba en el 11,2 % de la población mundial, pero en 2018 ya estaba presente en el 39 %.

Según la ciencia no se conoce función aparente para este hueso ya que "nadie lo ha explorado nunca", afirmó el autor del estudio, Michael Berthaume.

Este hueso crece en el tendón de un músculo, se trata de un hueso sesamoideo que puede ayudar a reducir la fricción dentro de los tendones, redirigiendo las fuerzas musculares.

La publicación asegura que las personas con osteoartritis en la rodilla tienen el doble de probabilidades de tener un fabella que las personas sin ese problema, aunque no se atribuye a este hueso ninguna responsabilidad al respecto.

"Es un hueso que no tiene una función aparente, causa dolor e incomodidad a algunos, y podría requerir su extirpación si causa problemas", indicó Berthaume.

El resurgimiento de este hueso está asociado a que el ser humano esta mejor alimentado, lo que supone que somos más altos y más pesados. Esto último, sumado al hecho de que tenemos las tibias más largas y los músculos más grandes, ejerce mayor presión sobre la rodilla, por lo que el hueso ahora es más común que antes.

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