Asteroides

La NASA descubre que aún quedan 50 asteroides de más de un kilómetro por detectar: "Pueden plantear un peligro"

Miguel Santander, astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional, explica en exclusiva para la Newsletter de Antena 3 Noticias cómo un asteroide que no se ha desintegrado puede tener una segunda vida en la Tierra.

Cinturón de asteroides situados entre Marte y Júpiter

Cinturón de asteroides situados entre Marte y JúpiterEFE

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La Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA acaba de dar una información desconocida hasta la fecha. Cree que quedan todavía por descubrirse unos 50 asteroides que miden más de un kilómetro de diámetro cercanos a la Tierra. Son, además, potencialmente catastróficos. ¿Con qué probabilidad puede impactar el cuerpo celeste?

"Se estima que la frecuencia de impacto de asteroides en mayores de 1 km sería muy baja, sería de orden de una vez cada 500.000 años", dice Miguel Santander, astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional (OAN-IGN). El impacto de un asteroide no podría así suponer un peligro relativamente grande por esa frecuencia, aunque "no quiere decir que sea una vez cada 500.000 años exactamente sino que quizá podría ocurrir mañana".

Los asteroides desconocidos podrían "plantear un peligro"

La NASA asegura que se han detectado hasta la fecha 32.950 asteroides próximos a la Tierra. La mayoría de ellos miden entre 140 y 1.000 metros de diámetro. Por el otro lado, cree que hay unos 14.000 de ese tamaño que siguen sin detectarse. "Los que sí pueden plantear un peligro son los que noconocemos", asegura el astrónomo del OAN.

Sin embargo, el centro de la cuestión está ahora en los 854 asteroides que miden más de 1.000 metros de un extremo a otro. De este grupo quedarían todavía unos 50 por encontrar, según datos estimados de la agencia espacial.

Esta es la probabilidad de que impacte un asteroide sobre la Tierra

Por otro lado hay que tener en cuenta la aproximación de los asteroides a la Tierra y la probabilidad de estos para impactar sobre el planeta. La NASA apunta que solo cuando el asteroide está a menos de 1,3 unidades astronómica -teniendo en cuenta que una unidad astronómica equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol- se puede considerar que está cercano a nuestro planeta.

Las consecuencias del impacto de un asteroide están ligadas a "su composición y sobre todo, a su tamaño". Por ello la información de la Agencia Espacial es relevante, ya que "a partir de 1 km de tamaño estaríamos ante un impacto de graves consecuencias", señala Miguel Santander. El astrónomo explica también que el material con el que están hechos los asteroides puede ser bastante valioso.

¿Puede tener una doble vida el asteroide si no se ha desintegrado?

"A un asteroide que llega a la tierra sin desintegrarse se le llama meteorito". Dependiendo del tamaño y de la velocidad con la que arriba a la Tierra genera unas consecuencias u otras. Desde una visión más inmediata ligada al material de los asteroides -en referencia a los ricos en metales-, se podría establecer una especie de "minería".

"Podría hacer que lo que llamamos tierras raras, pues dejarán de ser tan tan raras y tan difíciles de obtener si si mináramos", explica el astrónomo. La conocida 'tierra rara' es el nombre con el que se denomina a un grupo de elementos químicos con los que se fabrican los imanes destinados a las turbinas eólicas.

Al asteroide también se le puede dar una segunda vida si se utiliza su neodimio, metal básico para la elaboración de dispositivos electrónicos. "Podríamos abaratar nuestros dispositivos" si se encuentra en abundancia "en los cinturones de asteroides" el material y se minase, considera el astrónomo.

¿Y qué sucede si se ha desintegrado?

Por el contrario, el meteorito que cae en la Tierra "deja normalmente un cráter" aunque si cae en el agua, sus consecuencias son mucho mayores. "Podría llegar a causar un tsunami, la onda de choque que produce generaría una bola de fuego y una onda de depresión que que podría resultar muy perjudicial", explica Miguel Santander. En base al tamaño y composición, podría incluso provocar "terremotos de gran intensidad".

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