Vía Láctea

Júpiter, el planeta más grande de nuestro Sistema Solar, es captado por el James Webb como nunca antes lo habías visto

El James Webb captura una imagen del planeta Júpiter como nunca antes había sido visto. En ella, se aprecian las luces del norte y del sur del planeta así como dos pequeñas lunas. Esto ofrece pistas sobre la vida interna en ese planeta.

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Una imagen captada por el James Webb y cedida por la NASA muestra el planeta más grande de nuestro Sistema Solar como nunca antes había sido observado. El telescopio James Webb ha captado una imagen del planeta Júpiter tomada gracias a su cámara de infrarrojo cercano (NIRcam). En esta imagen se ven a la perfección las luces del norte y del sur del planeta, así como dos pequeñas lunas que le acompañan.

El Telescopio Espacial James Webb ha ofrecido dos nuevas imágenes sorprendentemente precisas de Júpiter. Ambas muestran sus tormentas gigantes y vientos extremos, además de ofrecer a los científicos pistas adicionales sobre la vida interna de ese planeta. Este telescopio es el telescopio infrarrojo más grande, más potente y más complejo que jamás se haya puesto en el espacio.

La imagen de Júpiter ha sido tomada por la cámara de infrarrojo cercano (NIRcam) del Telescopio Espacial James Webb (JWST) y procesada por Judy Schmidt a partir de tres filtros: F360M (rojo), F212N (amarillo-verde) y F150W2 (cian), y alineación debido a la rotación del planeta.

Otros hallazgos del James Webb

En otra de las fotografías captadas por el James Webb, se puede apreciar la galaxia NGC 628, conocida como la Galaxia del Abanico, en forma de una espectacular espiral fucsia. Esto fue posible gracias al procesamiento de los tres filtros del instrumento del infrarrojo medio. Esta galaxia en concreto es muy estudiada por los astrónomos, tanto profesionales como amateurs. Su eje vertical es perpendicular al punto de vista terrestre, lo cual le convierte en un objeto del cual se puede sacar información casi infinita. Es como ver a una persona de cara y no de perfil, que escondería parte de la información de su cara, por ejemplo.

El James Webb, además de estudiar los orígenes del universo, se dedica a buscar planetas habitables fuera del Sistema Solar. Sus observaciones se combinan con los de otros observatorios espaciales y terrestres, para investigar los agujeros negros de la Vía Láctea. El corazón del telescopio es un gran espejo de 25 metros cuadrados, hecho de berilio y tienen una película de oro para reflejar la luz. Además, cuenta con un escudo térmico gigante para protegerlo.

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