Druidas, yoga y banquetes de perros: las diferentes formas de celebrar la entrada del verano

El planeta ha cambiado de estación y, cómo no, sus habitantes ya se han encargado de celebrarlo con festejos dispares y, sobre todo, antiguos. Y es que sus orígenes paganos hacen que se remonten muchos siglos en la historia de la humanidad, aunque con el paso del tiempo han aparecido algunos, otros tantos han desaparecido y también muchos han visto variadas sus actividades tradicionales.

Sin duda una de las más célebres leyendas es la de Stonehenge. En el milenario círculo de piedras se reúnen históricamente druidas -los de ahora se hacen llamar 'New Age', es decir, druidas de nueva época-, aunque con el paso de los años sus reuniones han ido sufriendo una metamorfosis para convertirse en una fiesta para la juventud, que acuden con música y sustancias psicotrópicas. Incluso se llegan a concertar concursos de besos. Este año, según el organismo que gestiona el monumento, más de 36.000 personas se dieron cita.

Mucho más actual es la celebración de Nueva York. En la turística Times Square cientos de personas acudieron a una quedada deportiva. La policía cortó la céntrica zona para que los practicantes de yoga pudieran disfrutar de la actividad en un lugar tan transitado.

En Bolivia, las tribus indígenas de los aymaras, los guaraníes y los quechuas se juntan en el conocido como fuerte de Samaipata para festejar la 'era Pachacuti', que marca el inicio de un nuevo ciclo solar. Por eso, este solsticio lo asumen como el comienzo de un nuevo año andino.

La celebración más polémica, eso sí, no tiene rival. En la ciudad china de Yulin, en la provincia de Guanxi, existe una tradición en el que este día se realizan banquetes con carne exclusiva de perro, lo que ha hecho que muchas asociaciones hayan salido en defensa de los derechos del animal.