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PATERAS

La tragedia de Lampedusa recuerda otros dramas de la inmigración en Canarias

Durante más de una década fueron las islas las que sufrieron ese goteo incesantes de muertes, de personas que arriesgaban sus vidas y la de sus hijos en busca de un futuro mejor

Diez inmigrantes magrebíes, la mitad de ellos jóvenes de entre 16 y 20 años, murieron ahogados en la costa de Arinaga creyendo estar en la orilla. Ocurría en 2007. La Gomera, julio de 2008, 5 inmigrantes se dejaban la vida en el intento de alcanzar Europa. Los Cocoteros, Lanzarote, febrero de 2009, otros 25 africanos morían intentando llegar a Canarias. En el drama de la inmigración irregular a las islas solo salvamento marítimo contabiliza 457 muertos y desaparecidos. Sin duda hay muchos más, los que salen de su país y nunca llegan a Europa, ya sea aquí o en el mediterráneo. Algunos aventuran una cifra, pero es un cálculo difícil.

Cifras aparte la dureza del viaje sigue presente para quienes lo vivieron en persona. John vino desde Sierra leona hace 3 años. Lo recuerda como si fuera ayer.

Tunde, nigeriano, limpia ahora coches en la calle. Ahora es consciente de que tuvo suerte.

La llegada de inmigrantes ilegales creció de forma espectacular en canarias del 94 hasta el año récord de 2006. En ese año se superaron los 31 mil inmigrantes, muchos de ellos mujeres embarazadas y menores de edad. La nueva ley de extranjería y los acuerdos con los países de origen frenaron la oleada. Se sucedían las repatriaciones. Se dotó de más medios al Sistema de Vigilancia exterior, el SIVE. Pero lo más efectivo fue la crisis económica. Desde 2008 la cifra de inmigrantes bajó mucho. En 2012, sólo llegaron 172. Aunque la desigualdad económica entre el sur y el norte, continúa. Mientras exista, seguirá el drama de la inmigración.

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