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DISCAPACIDAD

No tiene ayuda para cuidar a su hijo con parálisis cerebral

Cuando el pequeño enferma, ella tiene que pedir una baja laboral

Comienza un día en la vida de Pino y su hijo Aarón. El pequeño sufre parálisis cerebral. Mientras su madre trabaja, pasa la mañana en una residencia escolar. Pero cuando enferma, como estos días, Pino se ve obligada a pedir la baja para atenderle.

El mayor problema llega con las vacaciones.

Y lo más caro. El año pasado le costó 3 mil euros. Pero Pino no quiere dinero. Ni lujos. Las 24 horas de su día son para su jornada laboral y su hijo. Sólo quiere una plaza en una residencia que no cierre por vacaciones.

Ajeno a esta angustia, el pequeño, de 13 años, no pierde la sonrisa. Disfruta escuchando música y se tranquiliza con su madre cerca. Una mujer que no parará de luchar por su hijo.

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