Luis Alfonso entró en la casa cuna siendo un bebé, corría la década de los 50, y sus recuerdos de infancia están salpicados de episodios de terror. Malos tratos por parte de las monjas e incluso el abuso sexual al que fue sometido por una de ellas. En otro de los centros donde también estuvo recluido los golpes se repitieron.
A este otro hombre que prefiere preservar su identidad le obligaron a beberse sus orines, a comerse vómitos y no recuerda un día sin sufrir una paliza. Lo peor asegura era saber que su hermano menor estaba siendo sometido a las mismas calamidades. Vejaciones, malos tratos y abusos a los que hoy les ponemos voz y cara.