Cruz del mérito aeronáutico con distintivo amarillo
Con la marcha fúnebre, los féretros, con los cuerpos de los 3 militares fallecidos en el accidente del helicóptero Superpuma, entraban anoche en el hangar de la base de Gando. Allí se celebró el solemne funeral por el capitán José Morales, el teniente Saúl López y el sargento Jhonander Ojeda. Hoy el Gobierno ha decretado un día de luto oficial en toda España.
Además del ministro de Defensa, asistieron altos mandos del ejército y el presidente del gobierno de Canarias, que acompañaron a las familias de los tres militares fallecidos. Sus cuerpos fueron rescatados del helicóptero hundido a 40 metros de profundidad. Ahora es esencial recuperar la cabina para saber qué ocurrió el pasado 22 de octubre en ese punto del Atlántico.
Es uno de los pasos fundamentales para esclarecer este accidente, desde el principio rodeado de misterio. Pero Defensa ya ha advertido que no será fácil. Las malas condiciones del mar no ayudan, aunque la cabina esté a relativamente poca profundidad. Trabajar con buzos es complicado, como demuestra que dos de los que recuperaron los cuerpos tuvieran después que recibir tratamiento en una cámara hiperbárica. De aquí, de la base naval de Las Palmas, han partido 3 buques de la armada hacia la zona de operaciones. Junto al barco civil Olimpic Zeus, dotado de una grúa, intentarán reflotar el helicóptero.
Nada más entrar los ataúdes, se disparaban las emociones.
Lágrimas por los 3 militares que durante toda una semana se esperó encontrar con vida. Presidiendo el acto el ministro de defensa y la plana mayor del ejército del aire. También las autoridades autonómicas y locales. El hangar, lleno de compañeros del sar de José, Saúl y Jonhander. Algunos, en posición de firmes, no podían contener la emoción.
Ante los féretros, el capellán general castrense destacaba la entrega a los demás de los tres fallecidos. Hicieron, dijo, lo que memor saben hacer los militares, amar y servir. Tras la misa, el ministro impuso a los tres la cruz del mérito aeronáutico con distintivo amarillo a título póstumo.
Después, las banderas que cubrían los féretros se entregaron a las familias. Fue uno de los momentos de más emoción del funeral. El hermano del sargento Jonander Ojeda rompía a llorar.
Difícil creer para la familia que el joven, superviviente de un primer accidente, hubiera fallecido ahora. Era el último adiós a 3 militares, que para sus familiares y compañeros han alcanzado la categoría de héroes.
