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CRIMEN DE ARINAGA

No quiso responder a las preguntas del fiscal

Arancha Amoedo está acusada de matar a su novio a puñaladas

El padre de la acusada avisó a la policía de que algo pasaba

Nos vamos hasta los tribunales: Arantxa, la joven gallega acusada de asesinar a su novio de una puñalada en el corazón se ha negado a declarar en el juicio. La que sí ha hablado es la supuesta encubridora del crimen. La joven de Telde, que mantenía una relación con la acusada, ha negado su participación en los hechos, aunque su ADN apareció en un guante junto al cadáver.

Arantxa Amoedo no ha contestado ni a una pregunta de la fiscal, ni tampoco de su abogado defensor. Cabizbaja durante todo el interrogatorio, no se inmutaba ni cuando se mostraba al jurado el cuchillo con el que, presuntamente, apuñaló a su novio, Jordi, en el corazón mientras dormía en junio de 2013. A pesar de su silencio la lectura de todas las preguntas de la fiscal ayer por la tarde duraba hora y media. Muchas de ellas eran sobre los wasaps intercambiados con su hermana.

Sí habló en cambio la otra acusada, Tania, que mantuvo una relación sexual con Arancha y se enfrenta a un año de cárcel por encubrimiento. Ha señalado cierto olor desagradable en esta casa, donde el cadáver permaneció 20 días, pero ha negado que supiera lo ocurrido y lo ocultara.

Según la fiscalía, Arantxa mató a su novio por no cubrir sus necesidades sexuales y económicas. Se enfrenta a una pena de 19 años de prisión.

Fue el padre de Arancha el que alertó a la policía de que algo extraño pasaba a raíz de las conversaciones que la chica mantenía por teléfono con su hermana.

La agente, que fue testigo del encuentro de Arancha con su padre y su hermana, los acompañó a la casa. La acusada les facilitó la dirección. Allí ya les esperaba la guardia civil, que tomó declaración a la chica.

Ella les confesó que había matado a Jordi cuando él intentaba forzarla y los condujo hasta el cadáver. Según los agentes la casa estaba llena de ambientadores, que no disimulaban el fuerte olor a descomposición. La chica es detenida. A través de sus conversaciones por wasap e Internet, los agentes describen a la acusada: una chica que intercambiaba entre 200 y 300 wasaps diarios, que se veía con otros hombres y mujeres, que ofrecía relaciones a cambio de un estatus elevado y que mentía sobre su vida. Los agentes contactan incluso con una prostituta contratada por la pareja.

Esta tarde prestará declaración la familia de la acusada.

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