No es habitual que el primero de mayo el Teide amanezca cubierto de blanco, un manto que se ha convertido en reclamo para muchos y que ha hecho las delicias de los visitantes a la isla. Algunos se prepararon desde ayer al escuchar a Roberto Brasero la posibilidad de que nevara.
Una oportunidad para jugar y disfrutar de una postal típicamente invernal, una capa de nieve polvo que no durará demasiado consecuencia de la borrasca que barrió Canarias durante el fin de semana.