Se trata de una ciudadana colombiana que llevaba varios meses viviendo en Puerto del Rosario y que se había instalado en este chiringuito. Según la autopsia, la mujer falleció por los golpes que recibió en la cabeza, la policía encontró en el lugar varios ladrillos ensangrentados. El asesino le desfiguró el rostro arracándole la piel de la cara según creen los investigadores, para dificultar el trabajo de identificación. Fue un menor quien encontró el cadáver.