El joven pasó más de 31 horas nadando
Exhausto, sin fuerzas tan si quiera para abrazar a los suyos, aterido de frío y morado después de 31 horas y 18 minutos nadando. Pese a todo ello, lleno de orgullo por haber conseguido sueño tras mucho sacrificio y momentos difíciles Así llegaba Jonathan a la Playa de El Médano,
Una travesía complicada por las malas condiciones de la mar con olas de varios metros que impedían a Jonathan a la velocidad que tenía pensado. Un reto que dedicaba a toda su familia, pero especialmente a quien más ha sufrido por él y su estancia en la cárcel y quien ha seguido esta prueba con especial tensión.
Quienes acompañaron a Jonathan en su reto e incluso nadaron a su lado para animarle ya en la playa reconocían que en muchas ocasiones fue él quien les daba ánimos para seguir adelante.
Un sueño conseguido que comenzaba a 62 kilómetros y más de 31 horas antes y que llevaba gestándose mucho tiempo atrás en la cabeza de este hombre que intentaba demostrar que si se lucha los restos se hacen realidad