También ofrece la posibilidad de navegar en internet en la propia playa
Lidia, estudiante de veterinaria, mira con recelo como otros disfrutan del verano. A 30 metros de la orilla de la playa, la biblioteca municipal se convierte durante estas fechas es su segunda casa. Ella prepara ya sus últimos exámenes y, a pesar de sus largas sesiones de estudio, la cercanía del mar le hace más llevadera las jornadas.
Hasta septiembre, estudiantes y mayores podrán aprovechar cualquier hora del día para bucear entre los libros, preparar sus oposiciones o, simplemente, hacer un repaso de la prensa diaria. Y es que el periodo estival siempre es una buena época para disfrutar de la lectura.
Los más pequeños serán los protagonistas todos los viernes en los talleres lúdicos que prepara la biblioteca.
