Publicidad

Hang Ok: “Era como una hija para mi”

Durante el juicio ha quedado claro que el acusado contaba con un alto nivel de confianza de la familia de la niña. La policía se centró en él tras tomar declaración al padre de la víctima.

La huida del acusado hacia Madrid poco después del crimen encendió todas las alarmas. Lo detuvieron en una guagua a la altura de Valdepeñas cuando iba camino de Granada.
El acusado reconoció haber pegado con este cuerno a la niña. Sin embargo, insiste en que no agredió sexualmente a la hija de su amigo. Según él, es costumbre entre los coreanos escupirse en las manos antes de pegar a alguien, lo que explicaría la presencia de su saliva en los genitales de su víctima.

Publicidad