Cristales rotos, puertas destrozadas, paredes pintadas, excrementos y hasta restos de consumo de drogas. Es la descripción de unas viviendas completamente nuevas porque nunca han sido habitadas aunque tienen 22 años de construcción. Los vecinos de Arona se quejan de que se han convertido en techo para drogadictos.Son 11 adosados construidos en los años 80 por parte del ayuntamiento pero nunca la consejería adjudicó. Desde la asociación de vecinos aseguran haber planteado la situación a ambas administraciones y que la respuesta siempre ha sido la misma.Los vecinos no entienden como con la necesidad que muchas familias están pasando hoy por hoy, estás viviendas se hayan dejado deteriorar sin darles uso. Desde el ayuntamiento aseguran que lo único que pueden hacer es seguir insistiendo al gobierno autónomo para que de una vez desbloquee esta situación y las casas puedan tener dueño.