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EN EL HOSPITAL

Bomberos que además apagan tristezas infantiles

Los pequeños pudieron subirse a los camiones de bomberos, participar en el simulacro de espuma y, una de las cosas que más les gusta, ponerse el casco de bombero.

Los más pequeños, los que podían salir de sus habitaciones, esperaban desde primera hora de la mañana. El espectáculo empezó cuando los bomberos se deslizaron por la fachada del Hospital. Una vez que tocaron suelo, el simulacro de la espuma y lo más deseado por los niños, poder subirse al camión (respiro) y ponerse el casco, aunque sea por un momento porque alguno prefieren profesiones menos arriesgadas.

Lo más emocionante se vivió dentro del Hospital cuando  realizaron la visita por las habitaciones. Regalos cargados de ilusiones para estos niños que tendrán que pasar las Navidades hospitalizados.

Hoy la planta de pediatría se ha convertido en un improvisado parque de bomberos. Distintas actividades con las que se pretende que estos niños  olviden por momentos su enfermedad.

 

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