Cacao espacial: El satélite español 'Ingenio'

Los españoles han querido dárselas de país desarrollado lanzando un satélite al espacio en una misión que, como no podía ser de otra manera, ha fracasado. El único antecedente de un satélite español en el espacio lo encontramos en el cómic Cacao Espacial de Mortadelo y Filemón (Francisco Ibáñez, 1984).

Desde aquí, como experto en lanzamientos, voy a intentar explicar por qué la misión del cohete Vega, que debía poner en órbita el satélite Ingenio, no ha funcionado, y lo voy a explicar de forma que los españoles me entiendan. Para empezar: el toro de lidia nace para ser toreado, el cohete lo hace para ser estrellado. El cohete necesita explotar al llegar a su destino, estas moderneces de diseñar cohetes para transportar cosas son contranatura. El cohete es bravo por naturaleza.

Segundo: España es un país en vías de desarrollo, un país a medio camino entre Europa y África que existe para que los alemanes se vayan de vacaciones. Los españoles se vinieron arriba en la carrera aeroespacial con Pedro Duque, un tío que en 1998 pasó ocho días en el espacio en la nave Discovery. Pasar ocho días en el espacio es como viajar en coche a Cádiz cinco días de veraneo desde Bilbao, dos días y medio los pierdes en el viaje. Lo de los españoles lanzando cohetes no es más que una clara apropiación cultural, como lo de Rosalía con los gitanos, Twitter con las stories o Alejandro Sanz fingiendo hablar gaditano.

La misión Seosat-Ingenio ha supuesto una pérdida de 200 millones de euros, calderilla para un país con una deuda de 114% del PIB y cuya trayectoria ascendente, si se observa en una gráfica, es exactamente la que debería haber llevado el cohete Vega para llegar al espacio. Como dice un refrán castellano: Manolete, si no sabes propulsar, ¿para qué te metes?