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Propuestas para una campaña austera

Propuestas para una campaña austera

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Llega una nueva cita electoral y los partidos parecen dispuestos a reducir el gasto en campaña como gesto de austeridad y castigo autoimpuesto por no haber sido capaces de lograr un pacto de gobernabilidad. Se sentarán a negociar los detalles de este ahorro en los próximos días, anuncian. Desde Lío Pardo queremos trazar unas líneas maestras que bien podrían servirles de hoja de ruta a la hora de alcanzar estos acuerdos que reduzcan el gasto durante el próximo mes. Papeletas. Las papeletas las tenemos. Ya las recibimos hace unos meses. La gente cuidadosa como yo las guardó. Hago lo mismo con los tickets cada vez que compro algo de lo que no me fío del todo. La solución es sencilla. Que los partidos nos den un toque y nos digan qué cambios hay en las listas. Mira, apunta: fulanito, que iba de número 13, ha hecho un gran papel llegando puntual al Congreso todos los días este mes pasado y ahora pasa al número 10 de la lista como premio. Pues flechita pintada con lápiz (no boli, que estos son capaces de volver a hacernos votar por tercera vez) que salga del 13 y acabe en el 10. Y ahora apunta ahí que fulanita ha dejado la política o cambiado de partido. Pues tachón y se corrige con el nombre que sustituye a menganita. ¿Y qué pasa con quienes tiraron las papeletas? Siempre habrá algún tocacojones yéndose al detalle. Bien. No pasa nada. Está pensado. A los familiares o amigos que las hayan tirado les dejamos las nuestras corregidas y que hagan fotocopia. ¡Booom! En tuda tu puta cara, derrochador. Carteles electorales. Nada de empapelar todas las calles de las ciudades y los pueblos con las caras que ya conocemos. Como mucho, desde Lío Pardo proponemos que se habilite en cada localidad un solo muro en el que se pegue un cartel de cada candidato. En la plaza del pueblo, al lado del ayuntamiento a ser posible. Como decía Mahoma, si eres de playa tampoco te pasa nada por echar un finde en la montaña. Esto, traducido al idioma electoral sería: “Si te gusta el marketing de cartelería o ver si tu candidato preferido ha envejecido o está más guapo de dos meses a esta parte, ve tú a buscar el muro con las caras, no seas tan vago de que las caras vengan a buscarte a ti a la puerta de casa”. Además de no ser agradable salir de casa a las 8 de la mañana y encontrarte de sopetón en la farola de delante del portal con la cabeza de Mariano a tamaño XL, la cartelería supone un gasto muy elevado. Y con este método de llevar a los vecinos interesados ante el muro, se producirían debates muy fructíferos y sin coste alguno en los que se llegarían a conclusiones del tipo “tú te crees que con esos pelos se puede ser presidente” o “pues anda que el tuyo, que tiene más Photoshop que un hilo en Forocoches”. Mítines. Aquí vamos a dejarnos de mierdas y ser drásticos. La campaña anterior ya os quedó muy bonita, pabellones deportivos llenos de gente con sus banderitas, autobuses para llenar estos pabellones, muchas luces, equipos de sonido, escenarios con los cubos esos modernitos donde se sientan jóvenes detrás del candidato viejo para aplaudirle... Bien. Propuesta Lío Pardo: salid a la calle a pregonar como los locos. Esto es: a voces y sin avisar. “Soy lo mejor para España” gritado a viva voz en medio de una plaza concurrida te hará parecer un puto zumbado, pero si lo piensas no deja de ser tu discurso habitual y hecho así sale más barato. Si andas mal de la garganta siempre puedes entrar en wallapop a ver si el zumbado que avisa del fin del mundo está de vacaciones, jubilado o cansado y decepcionado porque el fin del mundo nunca llega haciéndolo quedar mal. Oye, loquito, ¿qué hases con ese altavoz si no lo usas? Para los candidatos más discretos, tipo Garzón, cabe la posibilidad de aplicar el método captador de ONGs, que además le pega bastante (disculpe, ¿tiene un minuto?) aunque ya conocemos su resultado. Esperemos que estas líneas maestras que desde aquí humildemente trazamos les sirvan a los partidos para hacer de esta segunda campaña electoral un ejemplo de austeridad y buen hacer.

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