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Keep Calm and Una Grande y Libre: Entrevista a Antonio Tejero

Keep Calm and Una Grande y Libre: Entrevista a Antonio Tejero

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Hoy se cumplen 35 años del intento de Golpe de Estado del 23-F. Una de las páginas más visitadas de la historia contemporánea de España que tuvo como actor principal a un teniente coronel que entró al Congreso pistola en mano, bigote bajo la nariz y tricornio sobre la calva, pidiendo mientras disparaba contra la escayola del techo que los políticos se sentaran a la espera de la llegada de un Elefante. Tres décadas y media después de la escena, que podría estar sacada de la peli Airbag, Tejero es un anciano de 83 años que vive de forma discreta entre Madrid y Málaga, un anciano que huye de los flashes y las entrevistas, pero que ha aceptado la invitación de Lío Pardo. “Soy un gran fan de Lío Pardo, se me ha hecho el culo agua cuando me lo habéis ofrecido”. El teniente coronel Tejero nos cita en un Starbucks que hay en la céntrica calle de Madrid en la que vive desde que saliera de la cárcel en 1996. No soy un experto en moda, pero diría que la ropa del teniente coronel Tejero es de Bershka. Camiseta de rayas rojas y amarillas horizontales con la inscripción Keep Calm and Una Grande y Libre, pantalones pitillo desteñidos y zapatillas de sport acompañan a una cuidada perilla y un intrigante tinte rubio en el pelo. Gerardo: Buenos días, señor Tejero. Tejero: Arriba España, bro. Gerardo: Ehmmm, sí, gracias. Lo primero, agradecerle su disposición a hablar con Lío Pardo. No es fácil entrevistarle a usted, sabemos que le gusta mantenerse al margen desde aquello que pasó. Tejero: Aquello fue una movida súper gore, man. Uno intenta darlo todo por España, uno está ahí a tope con la patria, pim pam, tomalacasitos y de repente se ve en el talego. Un bajón del quince –el teniente Coronel Tejero gesticula con su pulgar hacia el suelo. Gerardo: ¿Cómo vivió usted aquel 23-F, señor Tejero? Tejero: Aquello me dejó todo loco, bro. Yo estaba en el cuartel con mis movidas, que si limpia el tricornio, que si pega una voz, que si besa la bandera, que si a misa de doce, rollo súper tranqui, ¿sabes? Y entonces me llama un compa y me dice, Tejero tírate para el Congreso, que vamos a salvar España. Y yo le digo, todo emparollado, ¿pero salvarla de qué? Y me dice el pibe, coño, de los rojos, la ETA, los ateos, los yonkis y toda esa movida. Y le digo, ah, cojones, del tirón. Vamos para allá a full. Y me peiné el bigote y me subí al tanque. Lo demás ya lo habrás visto por la tele. Gerardo: Disculpe un momento, pero no puedo evitar preguntarle por su forma de hablar. Es, y discúlpeme, un tanto extraña para un señor de su edad. Tejero: Renovarse o morir, bro. Gerardo: ¿Ha cambiado usted desde aquello? Tejero: Para nada, crack. Yo sigo fiel a mis principios patrios y mis movidas católicas nacionales, ¿sabes? –Tejero se levanta la camiseta y nos muestra un tatuaje- Pone “se sienten coño” en chino. ¿Mola o no? Gerardo: Mmm… sí, mola bastante, la verdad. ¿Cómo está viviendo usted esta época de cambios que vive España? Tejero: El otro día me mandaron por telegram una foto en la que sale el pavo este, Pablo Iglesias, en Irán lapidando a una piba. Era una foto real porque luego en 13TV lo confirmaron. ¿Eso es lo que queremos para España? No me quiero calentar, que se me hinchan las pelotas y me dan ganas de subirme al tanque otra vez, ¿sabes lo que te digo, man? La peña está muy a su rollo y no se entera de nada de lo que pasa aquí y en Venezuela. Coño, que Hombres Mujeres y Viceversa mola, yo lo veo, pero… Gerardo: Entiendo cosas… Tejero: Pero uno tiene que informarse también. Yo por la noche para enterarme de qué ha pasado en España, coño, pongo 13TV, que el entretenimiento está bien, pero también hay que estar al día. ¿Es o no es, bro? Gerardo: Sí, supongo que sí. Para acabar, queda un enigma que nunca se resolvió. ¿Quién era el elefante blanco? Tejero: Raphael. Gerardo: ¿El cantante? Tejero: De esto no se puede hablar. Niño, cóbrate el Frappuccino –Tejero deja 5 euros (pavos los llama él) sobre la mesa, saca unas Ray-Ban tipo aviador del bolso y desaparece con paso rápido.

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