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Cómo apoyar a las mujeres en la No-Huelga del 9M

Gerardo Tecé recopila una serie de consejos para que los hombres apoyemos a las mujeres durante todo el año.

-Imagen del 8M

Imagen del 8MlaSexta.com

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1. Si eres padre, encárgate de tus hijas e hijos. Si te fijas bien se parecen a ti porque llevan tu ADN incorporado. Te habrán dicho alguna vez eso de “se parece a ti, tiene tu nariz, tus ojos o tu boca”. Bien, pues por esa boca comen. Hay que introducirles alimentos por ahí. Luego, esos alimentos los digieren y salen por el culo. Se llama caca y hay que limpiarla. Cuando dejen de ser bebés y vayan pasando los años, esos hijos e hijas irán creciendo y teniendo otras necesidades distintas a la alimentación y la caca. Intenta ir actualizando las novedades, entenderlas y estar ahí para echar una mano, que es un curro que te pertenece.

2. Si eres amigo, compórtate como un amigo. Ya sabes. Oye qué tal estás, qué te preocupa, qué necesitas. Si eres amigo de una mujer, puede que el cómo esté y el qué le preocupe sean respuestas distintas a cuando se trata de un amigo hombre. Dale una vuelta al asunto de entender por qué son distintas. Eso es de buen amigo.

3. Si eres compañero de trabajo, facilita el trabajo de tus compañeras, es decir, déjalas trabajar como si fueran un hombre. No seas paternalista, no les hagas la crítica de la alfombra de los Goya por la ropa (es raro), no entres en su espacio vital… Es decir, imagínate que tu compañera es Martínez, ese contable calvo y eficiente con el que te llevas bien sin necesidad de invadir su trabajo ni tratarlo como a un niño.

4. Si eres empresario, imagínate que esa señora con vagina a la que acabas de contratar tiene pene. Y luego calcula su sueldo en función de ese pene que te imaginas que tiene.

5. Si en tu familia hay una persona dependiente y es una mujer quien la cuida, el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, el sábado y el domingo son buenos días para que empieces a hacerlo tú también. Te aviso que es un trabajo que ni se cobra ni se aplaude. A eso se le llama sacrificio gratuito y para conocerlo hay que probarlo. En esta vida hay que probarlo todo, hombre, no seas cortado. Esos seres queridos dependientes no se mantienen bien gracias a la virgencita, sino a la cuidadora. Repites mucho eso de que tienes dos cojones. Bien. Pues hombros también tienes dos. Arrímalos y demuestra ese par en un trabajo complicado de verdad.

6. Si vives con una mujer, asume las tareas domésticas como propias. La cocina es la habitación del fondo que tiene azulejos distintos. Ese hueco metálico con un grifo se llama fregadero. Paco, fregadero, fregadero, Paco. Hechas las presentaciones, seguimos. Eso blanco es la nevera y hay que llenarla de alimentos. Luego, esos alimentos se cocinan en esos platillos volantes negros con botones que se llaman fuegos o vitro. Te sonarán de la tele. Son los que Bertín Osborne no sabe encender. Es fácil. Es dejar el dedo puesto sobre el botón y luego subir la temperatura, también con el dedo. Sabes mandar vídeos de tetas a quince grupos de whatsapp a la vez, esto es mucho más sencillo. Luego está la lavadora, la fregona, el cepillo, el recogedor, el cubo… son una serie de amiguitos que hacen que no huela mal la casa. No, impregnarla de desodorante Brummel no es una buena opción, hay que hacerlo de la manera complicada para que funcione bien. Ponte a ello. Es cuestión de práctica.

7. Si tienes una relación afectiva con una mujer, trátala de igual a igual. No hace falta que le cedas la silla por ser mujer, ni que le abras la puerta del coche, no seas cursi, copón. Mejor dedica tu energía a tratar de no hacerla tu esclava. No te pertenece, así que no eres ni su jefe ni su padre. No lo olvides.

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