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Antonio, el votante indeciso

Antonio, el votante indeciso

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Hace unos meses entrevistamos en Líopardo a Antonio, un votante indeciso que nos dio algunas claves sobre cómo se afronta una campaña electoral siendo el codiciado objeto de deseo de todos los partidos políticos, cuáles son los padecimientos que se viven siendo el centro de la campaña electoral. Señalaba el CIS hace unos días que el 40% de los electores no había decidido aún su voto y no hemos tenido más remedio que volver a telefonear a Antonio, como quiere que lo llamemos para preservar su identidad. Gerardo: Hola de nuevo, Antonio, ¿qué tal está? Antonio: ¿Usted cómo cree que estoy, señor? Gerardo: Indeciso, imagino. Y puede llamarme Gerardo, por favor. Antonio: Correcto, señor. Indeciso y para más inri perdido en plena centralidad. Gerardo: No me diga. Antonio: Como lo oye. No es que esté dudando entre dos. Por tradición familiar me encuentro en la puñetera centralidad del tablero. Pero en todo el centro de la centralidad. Vengo de una familia que siempre ha sido un poco de a donde vaya Vicente de toda la vida, ¿no?, y antes se sobrellevaba a pesar de la indecisión, pero ahora la situación es dramática, caballero, con esta amalgama de partidos. ¿A dónde va la gente? Esa es la pregunta. Gerardo: Interesante. Se oye bastante ruido, Antonio, no sé si podría usted… Antonio: No, no podría, señor. Me encuentro en una cabina telefónica. Gerardo: Pero si le estoy llamando a un teléfono móvil. Antonio: He desviado la llamada a este teléfono público y he neutralizado con un manual de youtube de un chico mexicano la triangularización de GPS mediante redes wifi que realiza mi teléfono móvil por defecto para asegurarme de que nadie detecte la señal y averigüe dónde me encuentro, señor. Gerardo: ¿Eso que suena es una ambulancia? Antonio: Correcto. Estoy en una avenida para pasar desapercibido. Gerardo: Antonio, parece como si quisiera usted esconderse, como si temiera algo. Antonio: Correcto.  Usted no sabe lo que es esta cacería para un votante indeciso entre tantas opciones. La radio, la tele, la internet, el buzón de casa… La situación es angustiosa, ciertamente. Gerardo: Ya veo, ya. Antonio: Como un ciervo cuando empieza la época de caza. Y yo no estoy dispuesto a que me localicen y tener que vérmelas de frente con uno de ellos en el portal pidiéndome el voto, o peor, llamando a la puerta de casa. Sé que Rajoy lo ha hecho ya con otros. Gerardo: Era un spot, Antonio. Rajoy no va de casa en casa pidiendo el voto. Ni Rajoy ni nadie. Antonio: Mis cojones treinta y tres, lo siento por la expresión, pero es que estoy un poco nervioso. A Bertín fue a verlo a su casa y se le metió hasta la cocina. Gerardo: Eso era un programa de televisión. Antonio: Un spot, un programa de televisión, lo que tú quieras, pero EN SU CASA. A mí no me pillan. Gerardo: Bien. Intentaremos conversar a pesar del ruido y le pido que se relaje y destense un poco. ¿Cómo está viviendo estas elecciones, qué partidos o candidatos le han sorprendido para bien o para mal? Antonio: A mí ni me sorprenden ni me dejan de sorprender, señor, a mí me gusta unas veces más uno y luego cambio de cadena y veo al otro y me gusta también. Y luego le pillo manía a uno pero a las dos semanas lo escucho y me convence. Esto es un sinvivir. A uno a veces le entran ganas de arrojarse a la carretera, ¿me entiende? Gerardo: No me diga eso con el tráfico que tiene alrededor. Le entiendo, pero no lo haga, Antonio. Antonio: Así llevo ya cuatro meses y no es sencillo. Cuatro meses de campaña electoral no puede ser, antes eran dos semanas, esto es un calvario, caballero, para la salud de un indeciso situado en la centralidad. Gerardo: Ahí queda su denuncia, Antonio. Le voy a pedir, como indeciso profesional para terminar que me diga, ya que imagino no me podrá decir a quién va a votar hasta que tenga la urna delante… Antonio: Correcto. Hasta que no llega ese momento no hay forma. Gerardo: Le voy a pedir que me diga qué le gusta más de cada candidato, qué le ha seducido más durante esta campaña, qué le hace no descartar a ninguno de ellos a tan pocos días de las elecciones. Antonio: Correcto. De Rajoy que lo he escuchado comentando los partidos del Madrid y en mi familia siempre hemos sido muy del Real Madrid de toda la vida, ¿sabe? De Pablo Iglesias, el chico venezolano, me asustaba que fuera a prohibir la Navidad, como pasa allí en su pueblo, que no hay cabalgata del día 5, ni Belén en las casas ni nada, pero lo vi un día tocándole la guitarra a María Teresa Campos y claro, aunque en mi familia hemos sido siempre de tambor en las fiestas del pueblo, uno se replantea si un chico que le canta canciones a la Campos pueda ser peligroso, ¿verdad? Gerardo: Claro. Antonio: De Pedro Sánchez lo que más me gustó fue el debate. Fue claramente el más alto de todos los candidatos y eso, quieras que no, a un indeciso crónico, algo le remueve por dentro, ¿verdad? Y de Albert Rivera lo que más me gusta es que todo el mundo habla bien de él en las encuestas. Cómo no va a ser buena persona. Y en esas estamos, caballero. Gerardo: Pues muchísimas gracias, Antonio, esperemos que no le acosen demasiado estos días que quedan hasta el domingo y que acabe decidiendo su voto. Antonio: Correcto.

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