Liopardo
El sándwich de Merkel y Tsipras
El sándwich de Merkel y Tsipras

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Merkel: ¡Venga esa comanda, cocina! Un sándwich de tortilla para mi amigo el griego, que viene con hambre el hombretón- grita Merkel dirigiéndose a la cocina, saltándose en la cadena de mando de la cafetería al par de camareros que miran de reojo la escena mientras le sirven en otro brazo de la barra un refresco de cola a un ministro de Luxemburgo y un Beefeater aun italiano de la Comisión Europea.
Tsipras: No te preocupes, Ángela, de verdad, que traigo suelto. Voy a pedir mi sándwich y el de Varoufakis, que está acicalándose en el baño y ahora viene.
Merkel: Insisto en invitar, no me jodas la diplomacia, hombretón, que estamos en mi casa y me gusta bien tratar a los visitantes.
Tsipras: Bueno, en realidad estamos en Bruselas, Ángela. Esto es Bélgica.
Merkel: Pues lo dicho, que estando yo en mi casa no dejo que nadie pague. Es una tradición en mi pueblo. Los alemanes del norte somos así. Nos dices que no a una invitación y nos entra el siroco, nos ponemos todo locos, ¿sabes? Así que guárdate la cartera, que los dos sándwiches de mortadela, el tuyo y el del calvo, los pago yo.
Tsipras: De tortilla, no de mortadela.
Merkel: Ah, es verdad. La mortadela les parece poca cosa a los señoritos. ¡Que sean dos sándwiches de tortilla para los griegos, cocina, que los señoritos tienen el pico fino, venga esa comanda!- grita Ángela Merkel sin dejar de apoyar el codo en la barra ante la desconcertada mirada de los camareros y las risas del corrillo.
Minutos después, ante el vacío que ha recibido del resto de dirigentes tras su comentario de “pues está nublado hoy en Bruselas”, Tsipras decide apartarse a una mesa a esperar el sándwich. En la barra, Merkel dice en voz alta algo de un cenicero y todos ríen. Varoufakis, desprendiendo olor a perfume, entra con su brillante calva a la cafetería y se sienta junto a Tsipras. Murmullos y risas en la barra. Llegan los dos sándwiches de tortilla justo en el momento en el que Merkel y el resto abandonan la cafetería para volver a la reunión.
Merkel: 1.500 millones más los 6 euros de los sandwiches, hombretón. Que aproveche.
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