Cosas que ni yo entiendo de la Biblia

La Biblia es un libro inspirado por mí, lo podéis ver porque salgo mucho. Ya sabéis de qué va, de que hay un Pueblo Elegido que tiene que matar a todos los de alrededor y de paso apedrear homosexuales, adúlteras, gente que trabaje los śabados y esas cosas, lo normal.

Pues bien, a pesar de ser un libro tan sensato y divino, hay ciertas cosas que no entiendo. Por ejemplo, uno de los patriarcas ( la Biblia es puro patriarcado, ya sabéis), Jacob, el padre de Israel, soñó una vez con una escalera, la famosa “escalera de Jacob”, por la que subían y bajaban del cielo ángeles todo el tiempo. Y digo yo, ¿para qué querían una escalera los ángeles si tienen alas? ¿Es que aquello era el Corte Inglés y subían a la planta de deportes?

Otra cosa que no me queda muy clara es el origen de la humanidad, porque Adán y Eva tuvieron dos hijos y para colmo los dos fueron varones, y encima uno mató al otro. ¿Con quién tuvo hijos Caín de los que se supone que descendéis todos vosotros?

Otro asunto bastante curioso es cómo es posible que Moisés se tirase cuarenta años para hacer una ruta que se tarda diez días. ¡Y eso que tenía a Dios como guía! Hay que reconocer que como GPS soy un desastre. Cuando vine al mundo tuve que poner una estrella encima del portal para no perderme. Por cierto, fue medio Belén a adorarme, y hasta los Reyes Magos, ¿y el mismísimo rey Herodes no se entera de dónde estaba?

Otro momento inexplicable de la Biblia es cuando ordené al rey David que hiciese un censo de su pueblo, y cuando lo hizo, ¡le castigué por haberlo hecho! ¡No es broma! De castigo le di a elegir como si fuera un concurso de la tele:

“¿Qué prefieres? Que venga un hambre de tres años a tu tierra, que tengas que huir durante tres meses perseguido por tu enemigo, o que haya tres días de peste en tu tierra?

El muy pringao eligió la peste y perecieron setenta mil israelitas. Son cosas de mi libro, me lo tenían que haber revisado mejor en la editorial.

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