10 cosas que ahora haría de forma distinta

Hice el mundo en solo seis días, y con las prisas cometí demasiados fallos. Después de varios millones de años de funcionamiento, creo que ya he detectado los posibles errores.

1. Tenía que haber hecho la Tierra plana.

Es que lo de que sea redonda no os entra en la cabeza. Estais ya en 2019 y el mundo está lleno de terraplanistas. La tenía que haber hecho plana y plegable, para llevármela de vacaciones o guardarla en el trastero.

2. Lo de la Santísima Trinidad.

Otro lío que mi Iglesia lleva siglos intentando explicar y no hay manera. Reconozco que no fue buena idea lo de dejar embarazada a mi madre de mí mismo. Ni yo lo entiendo.

3. Facilidades masturbatorias.

Por una parte os prohibo la masturbación y por otra os coloco las manos a la altura de los genitales. Tenía que haber elegido el diseño en que vuestras extremidades eran mucho más cortas. Menos mal que acerté al poneros la boca bien lejos.

4. Las iglesias en lo más alto del pueblo.

No debí daros esa idea, os da pereza subir la cuesta y no vais a misa.

5. La frase "Dejad que los niños se acerquen a mí".

Con el peligro que tienen mis curas, no hace falta que diga más.

6. La orientación sexual.

Os creo con diferentes orientaciones sexuales y luego me tiro media Biblia condenado a los homosexuales. La próxima vez todo el mundo será hetero. ¡Mejor, la gente no tendrá sexo, como los ángeles, que es pecado! Se pasará la vida jugando al Fornite o en Twitter.

7. Mi nacimiento en Palestina.

Es un sitio muy conflictivo, con gente de varias religiones de bronca todo el tiempo, venga pelearse por los santos lugares, las piedras y los muros. Tenía que haber nacido en Cuenca, por ejemplo, que es un lugar muy pacífico y muy bonito.

8. Decir que vivo en el cielo.

Tenía que haberme inventado que vivía en un estrella muy lejana o algo así, porque ya habéis surcado el cielo con vuestros aviones y naves espaciales y os habéis dado cuenta de que era mentira.

9. El diluvio.

Un gasto inútil de agua para nada.

10. El árbol del conocimiento, en el puto centro.

Si no quería que tomáseis sus frutos lo tenía que haber puesto más lejos, en una discreta esquina del Jardín del Edén, y no en el maldito centro donde os cruzábais con él todos los días. ¡Soy lo peor!

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