Flooxer Now» Noticias

@BECARIA_

Precariedades comunes entre autónomos y becarios

¿Qué sufren en común los autónomos y los becarios? Aquí tienes la respuesta.

El teletrabajo es una realidad

El teletrabajo es una realidadVlada Karpovich en Pexels

Publicidad

Parecidos salarios, igual de precarios, así somos el personal becario y los autónomos de a pie que llegan a fin de mes cubriendo gastos a duras penas, generalmente sin empleados, que trabajan por su cuenta sin ningún afán emprendedor, sino más bien para subsistir como alternativa a morir.

¿Quién no tiene alguna persona allegada que se ha dado de alta en el régimen de autónomos movida por la mala situación laboral que condiciona a ello si quieres tener una mínima posibilidad de trabajar? Son muchas las empresas que te empujan a darte de alta con alguna excusa para que no parezca ilegal, y así ahorrarse los seguros sociales y las obligaciones contractuales que puede haber entre empresa y asalariada. Y, claro, cedes porque es tu única opción, y al final terminas trabajando como un becario precario más, pareciendo algo más que un trabajador a jornada completa o una curranta de clase media con muchas facturas bajo su responsabilidad.

Jornadas interminables

En ambos casos, disfrutamos de jornadas interminables, que sabemos a qué hora empiezan pero nunca cuándo terminan. Por el lado becario, el jefe de turno se toma la libertad de requerirnos en todo momento y en todo lugar para cualquier cosa aunque la jornada laboral haya terminado, a cambio de unas migajas y un generoso salario emocional. El autónomo vive una situación parecida y con más resignación porque ignorar un mensaje a las diez de la noche puede implicar perder un cliente o un trabajo que le salve el mes para poder cubrir todos los gastos pendientes.

Vacaciones de mentira

Quienes trabajamos como becarias o con algún contrato laboral en similares circunstancias, empatizamos mucho con las personas bajo el régimen de autónomos que les cuesta un riñón y mitad del otro poder librar unos días, porque ello implica que debes adelantar el trabajo de todos los días que no vas a estar o lo vas a tener que hacer íntegramente a la vuelta. Esto no son vacaciones, es un falso descanso en diferido que no está pagado porque te obliga a trabajar el doble el resto de días, y te quita las ganas de semejante esfuerzo. No existe gintonic ibicenco que compense el sacrificio.

Trabacaciones: con el móvil en la mano en vacaciones

Esta precariedad absoluta de tener que compensar otros días todo lo que no hagas en tu descanso, va muy unido a otra situación muy precaria que ha sido bautizada como "trabacaciones", la unión entre trabajo y vacaciones, que implica estar con un mojito en una mano en el chiringuito de la playa y el móvil en la otra por si te requieren para un mail, una contraseña o algún asunto importante, casi siempre absolutamente irrelevante, para ya. Estás descansando sin descansar porque te obligan a estar alerta cuando en esos momentos el trabajo no debería tener cabida en tus preocupaciones.

Salario precario emocional

Si bien los becarios y becarias no cobramos lo acorde a nuestro trabajo, ni a las responsabilidades ni requerimientos que asumimos, y nos pagan con "emociones" como puede ser el lujo de poner añadir en nuestro currículum que trabajamos durante un año en una "gran empresa" (un carajo de empresa compuesta por patrones y mano de obra esclava) en un puesto con el nombre muy bonito y ya, un autónomo viene a ser un becario pagando por trabajar: alrededor de trescientos euros al mes teniendo la base de cotización mínima independientemente de la facturación, aunque no factures nada, más todos los gastos derivados, como la asesoría para que te lleve las tristes cuentas o una abogada para que te gestione los impagos de algún cliente jeta que te ha tenido de esclavo para sus necesidades y luego se ha dado el piro. En ambos casos, trabajar nos está saliendo más caro económicamente y en salud, porque el bienestar no está valorado con dinero, y con tanta precariedad, nos lo están jodiendo.

Publicidad