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Locura en Mónaco. Cinco coches luchando por la victoria en las últimas diez vueltas con menos de cinco segundos de diferencia entre todos. De poder a poder, en una noble batalla que se ha acabado llevando Mark Webber, sexto campeón en seis carreras, seguido de Rosberg y de un Alonso que no sólo ha hecho podio sino que sale de Montecarlo como líder del Mundial.

Qué carrera, qué mítico lugar para vivir un Gran Premio único e irrepetible sobre el asfalto monegasco. Un Webber que ha mantenido su primer puesto como ha podido, defendiéndose de un Rosberg que no se rendía. Un Hamilton que ha ido de más a menos y de menos a más, un Vettel en plan estratega al que casi le sale su Q3 del sábado... Y un Alonso que nos ha hecho vivir nerviosismo, emoción y alegría a partes iguales durante la prueba.

Y es que nada más empezar ha hecho una de esas salidas de las suyas. Una salida complicada, en la que ha superado a Romain Grosjean y en la que por un momento el galo le tocaba en el alerón trasero. Pero falsa alarma, el toque no fue para tanto. No fue tan falsa alarma la que notó Hamilton en su nuca cuando vio la mancha roja del Ferrari detrás de él mientras en las pizarras se informaba de que Alonso lograba vuelta rápida tras vuelta rápida.

Pero una cosa es acercarse y otra adelantar. Y es que pocos adelantamientos hemos visto en Mónaco, un circuito donde si el 80 % de la prueba es la clasificación, el otro 20 % es tener una buena estrategia. Y casi falla, pero no. Casi falla porque la entrada de Mark Webber causó un efecto dominó que provocó la entrada de Hamilton y la de un Alonso que iba como un tiro y al que sus neumático le permitieron sacar tiempo a sus perseguidores en cuanto tuvo pista limpia.

Vettel, el eterno estratega
Y en estrategias entró un actor con el que nadie contaba y que por un momento ha sido favorito para hacerse con la victoria. Se trata de Sebastian Vettel. El de Red Bull era el único que llevaba el compuesto más duro en sus neumáticos a la salida y vaya si acertó el sábado en no marcar tiempo en la Q3... porque todos preveíamos que iría a una parada, pero pocos que sus ruedas le durarían 46 vueltas.

Y llegó el nerviosismo. Nerviosismo porque nadie sabía si Vettel saldría delante de Fernando en su parada, algo que no sucedió. Y nerviosismo también porque Alonso debía elegir entre dos opciones arriesgadas que ponían su tercer puesto en peligro. Si paraba perdería la posición con Vettel, pero podría ganársela a Rosberg. Si seguía en pista mantendría su puesto pero sus ruedas sufrirían el desgaste de más de 30 vueltas.

Había otra opción, obligada opción realmente. Obligada porque nadie domina la lluvia. Una lluvia que ha amenazado durante toda la carrera, que muchos equipos han previsto y una lluvia que llegó a Mónaco, pero en escasa cantidad. Suficiente para que los aficionados sacaran sus paragüas y capuchas y suficiente para que Vergné pusiera intermedios y se cargara terminar la prueba séptimo, que habría sido mejor puesto en Fórmula 1.

Hemos visto de todo. Desde el principio hasta el final. Hemos visto a Kobayashi volar, literalmente, y caer de pie para luego abandonar. Hemos visto a un Button desesperado por el Caterham de Kovalainen. Y nuevamente hemos visto otro 'show de Raikkonen'. El finlandés demostró volver a ser 'Iceman' y nada le importó formar un trenecito de monoplazas que reunía una variada fauna entre Mercedes, Force India, Williams y demás. Y todos ellos iban mucho más rápido que el de Lotus en esta prueba.

Nuevo abandono de Michael Schumacher
Una prueba en la que hemos vuelto a ver un nuevo abandono, otro más, del siempre grande Michael Schumacher. En horas bajas sí, pero siempre grande. Y es que el Gran Premio de Mónaco ha estado a la altura de las expectativas tanto en emoción como en abandonos. Abrió la veda Grosjean en la salida y le siguieron el Kaiser, Maldonado, un Button cabreadísimo... y también, tristemente, Pedro Martínez de la Rosa.

Un De la Rosa que no pudo dar ni una vuelta al trazado monegasco por un toque con Pastor Maldonado, que se llevó por delante al español y que le destrozó el alerón trasero. Una pena, porque el HRT no ha ido nada mal en Mónaco y sus tiempos no estaban muy alejados de sus principales rivales.

Final del sexto Gran Premio de la temporada. Final de Mónaco, final del circuito urbano más mítico de todos los que ha habido en la Fórmula 1. Y nuevo comienzo de otro liderato de Alonso en este Mundial. La siguiente parada será Canadá, a la que Fernando acudirá como líder del campeonato.

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