Anita es una bendición para todas las personas de la casa
Mereció la pena esperar
Traer un hijo al mundo no es una decisión sencilla, son
muchos los factores que influyen a la hora de decidirse a buscarlo. Pero esta
decisión no basta, a veces una vez que nos decidimos, tardamos bastante tiempo
en conseguir quedarnos embarazadas, y esta espera puede llegar a desesperarnos.

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En nuestro caso, se daban los factores para intentar
aumentar esta numerosa familia, teníamos claro que mi marido y yo íbamos a
compartir nuestra vida para siempre, y no queríamos que nuestro bebé se llevara
mucho tiempo con sus hermanos. Luis que era el más pequeño, no había cumplido
aún los tres años, y vimos una buena posibilidad en buscarlo rápido. Y así fue,
a los 6 meses de compartir nuestro hogar, y ver que no sólo éramos felices, sino
que estábamos seguros que esa felicidad iba a más cada día, nos pusimos a
encargar un hermanito a los peques de la casa.
Ingenua de mí, ya casi me veía con el bebé en brazos desde el principio, me pasaba las horas muertas buscando información sobre la maternidad, y sobre todas las cosas que guardaban relación con ella. Pero nos dimos de bruces con la realidad. Iban pasando los meses, y pese a que el Ginecólogo me daba tranquilidad, el deseado positivo no llegaba.
Cuando ya llevaba más de un año en búsqueda, llegué a obsesionarme un poco, estaba convencida de que a consecuencia de unos quistes en el ovario no iba a poder experimentar lo que es traer un hijo al mundo. Mi madre especialmente y mi padre que es médico me daban la misma tranquilidad que nuestro Ginecólogo. Todas las pruebas que mi padre y mi Ginecólogo me mandaban salían bien, pero yo seguía en mis trece. Dichosa prueba de Coagulación!!!, la repetimos dos veces.
Estoy convencida de que esa ansiedad de ver los días de ovulación, esperar a ver si este mes si, etc... fueron responsables de no conseguirlo antes.
A los 14 meses de búsqueda, mi Ginecólogo me recetó unas pastillas, su nombre no las voy a olvidar nunca, Omifin (NO PUEDEN TOMARSE SIN RECETA MÉDICA Y SIEMPRE BAJO CONTROL DE VUESTRO GINECÓLOGO), y a los dos meses ya estaba Anita en la barriguita. Desde aquí me gustaría darle las gracias a Don M.M.M, todo era cuestión de tiempo. Después de mi marido y yo, yo creo que él fue el que más descansó con la noticia.
Lo que tengo claro con esta experiencia es que mereció la
pena esperar, hubiera sido más feliz sin ansiedad, pero era muy joven y no la
controlaba. Anita es una bendición para todas las personas de la casa, en
especial para sus hermanos. Estábamos en lo correcto sin duda, fue la mejor decisión.
Para terminar deciros a las que ahora estáis en esa fase de espera, que no desesperéis que cuando menos lo imagináis llegará el momento, y como decía D. Manuel, mi ginecólogo, "si la cosa se pusiera complicadilla, la medicina hace ya auténticos milagros"
MUCHO, MUCHO ÁNIMO, Y MUCHA, MUCHA SUERTE!!!
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