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IMÁGENES DE ARCHIVO

Así fue la boda de Juan Carlos y Sofía

Fue una de las bodas más sonadas de la nobleza europea. El 14 de mayo de 1962, D. Juan Carlos y Doña Sofía se daban el sí quiero en Atenas.

En el verano de 1954, la reina Federica de Grecia organizó un crucero a bordo del Yate Agameón con la intención de que ciento diez jóvenes, miembros de las casas reales europeas, tuvieran la oportunidad de conocerse.

Sobre la cubierta de este barco se produjo el primer encuentro entre la princesa Sofía de Grecia, de quince años, y Juan Carlos de Borbón, de dieciséis. No obstante, habrían de pasar muchos años hasta que ese encuentro se convirtiera de verdad en una cita.

Se casaron el 14 de mayo de 1962 en Atenas. Abrían la marcha ocho automóviles con los Monarcas asistentes a la boda. Detrás, otros cuatro vehículos trasladaban a las damas de honor. Seis cornetas a caballo precedían al coche de la Reina Federica y Don Juan, y al de la Condesa de Barcelona con Don Juan Carlos. La madre de la novia, la Reina Federica, organizó uno de los grandes encuentros del Gotha de los últimos años. 

Doña Sofía ocupaba, junto a su padre, una preciosa carroza, fabricada en 1875 para la frustrada coronación de Enrique V, Conde de Chambord, y exactamente igual a la que utilizó el Zar Nicolás II tras su coronación en la visita que hizo a Francia.

El Príncipe Constantino, vestido con uniforme de gala, montaba, junto a la carroza, un semental de color pardo. Veintiséis granaderos de la Guardia Real completaban la escolta de honor. Cuando la carroza se aproximó a la catedral católica de San Dionisio, la banda de música del crucero Canarias dio los primeros compases del himno nacional español. 
La misa fue en francés, español y latín. 

La ya Princesa española no pudo evitar las lágrimas: había olvidado solicitar a su padre, antes del sí quiero, el permiso que el protocolo exigía, algo que con el tiempo se repetiría en la boda de su hija mayor, la Infanta Doña Elena. Don Juan Carlos, que no olvidó solicitar el consentimiento al Conde de Barcelona antes de pronunciar el 'Sí quiero' en español, tuvo que dejarle su pañuelo y esa imagen fue una de las más emotivas de la jornada.

 

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