El coche de Isabel, la mujer del alcalde, ha aparecido estrellado contra un árbol. Sara se citó a escondidas con ella, tras descubrir que proporcionaba información secreta a David, crucial para su investigación. Sin embargo, la jueza llegó tarde a la cita y ya no había nadie. Ahora han encontrado el coche accidentado de Isabel pero no hay ni rastro de su cuerpo. Es lo mismo que sucedió en el caso del capitán Costa.

Detienen a un hombre que al parecer recibía dinero del alcalde y que podría estar relacionado con las dos desapariciones. Pero Isabel no corrió la misma suerte que el capitán Costa. Sara la encuentra en medio de la carretera y malherida. ¿Qué le ha ocurrido? ¿Dónde ha estado este tiempo? ¿Ha sido Aleksy el que la atacó?

Aunque el comportamiento de Gerardo, el bedel, le hace parecer el principal sospechoso de todo lo sucedido, las pruebas le exculpan. Según ha confirmado su hija, el día del asesinato de David estuvo con ella toda la noche. Cada noche de luna llena ambos se encierran a cal y canto en casa, por miedo al hombre lobo.

Tras pasar la noche de luna llena encadenado en la lobera, Joel observa atónito los daños que él mismo ha causado. No puede creer en lo que se ha convertido, necesita saber más. Su próximo objetivo será averiguar quién es el otro hombre lobo de Calenda, quién le convirtió en lo que él es ahora.

Además, aunque Raúl está apartado de sus obligaciones como guardia civil, quiere ayudar a Sara con la investigación de la muerte del capitán Costa. Con tanto tiempo como pasan juntos, ¿es posible que sientan algo el uno por el otro?

Por otra parte, Olivia y Fernando cada vez pasan más tiempo juntos, por lo que deciden tener una cita espontánea. Pero la secretaria tiene otras preocupaciones. El alcalde quiere que sea su aliada y decide chantajearla con un tratamiento para curar a Tomás. Ella decide aceptar. ¿Qué querrá el alcalde a cambio?