Tomás, alias "Castresana", cabecilla de una red de policías corruptos, ha quedado tetrapléjico tras recibir un balazo durante su detención. Su hijo Lucas acude a visitarlo al hospital y le reprocha su mal comportamiento.

Tomás se defiende afirmando que nunca ha sido un mal padre. Cuando Lucas comienza a ver con buenos ojos el hecho de su progenitor haya regresado a su vida, Tomas le pide que le desconecte de las máquinas que le mantienen vivo. Después de tres días desaparecido, ha sido encontrado el cadáver de Pacheco. El agente de asuntos internos ha muerto a manos de Escobar, su compañera, pero nadie sospecha de ella.

Por otra parte, Sara afirma que vio a Escobar disparar contra el padre de Lucas durante su detención con intención de matarlo. Todos piensan que la joven desvaría a causa de los celos que siente por la relación que Lucas ha iniciado con la policía.

Povedilla escucha sin proponérselo una conversación entre Rita y Ruth. En ella, la policía le cuenta a la psicóloga de la comisaría que ha tenido un sueño erótico en el que Povedilla ejercía el sadomasoquismo con ella. Ruth trata de quitarle importancia al asunto pero Povedilla se queda estupefacto. El policía becario intentará satisfacer torpemente los sueños de su chica.