Los inicios fueron duros para Cristina Olmedo, la joven doncella no conseguía ahorrar dinero para mandárselo a su madre. Cuando Sebastián le propuso darle dinero a cambio de lo que consiguiese en el hotel, ella acepto. Cristina robó vino, tabaco, licor o perfume, algo que Julio ya sabía.

Cristina cueta como una noche, en el despacho de Don Carlos encontró algo, una carta que haría temblar los cimientos de la familia y arrebataría el Hotel a Doña Teresa. Su gran error fue enamorarse de Diego y confiar en él su valioso hallazgo.

Después de las amenazas de Doña Tersa, y viendo su vida en peligro, Cristina decidió huir del Gran Hotel. Coincidiendo con la fiesta de la luz, Cristina intentó aprovecharse de la situación para abandonar en Hotel, pero alguien la siguió.

Después de cruzar los jardines intuyó a alguien más entre las sombras, alguien que llevaba un cuchillo de oro.

"Diego es un desgraciado pero no es el asesino"

Después de un forcejeo con Diego por la carta, Cristina acabó en el lago y éste la dio por muerta. Pero en la escena del "crimen" había alguién más. Pascual, que presenció la escena la sacó del agua y estuvo cuidando de ella durante un mes.

Cristina intentó vengarse de Diego haciéndole saber que estaba muerta y que alguien sabía lo que había hecho, pero el día en el que Pascual tenía que regresar con el dinero, el tiempo se detuvo. Pascual moría de un tiro mientras retenía a Alicia Alarcón.

Sóla de nuevo, Cristina intentó volver al Gran Hotel para recuperar la carta, y fue durante el camino cuando se cruzó con su hermano Julio, al que salvó la vida.

Una cosa ha quedado clara en toda la historia, Diego no es el asesino de Cantaloa. Entonces, la pregunta sigue en el aire. ¿Quién es el asesino de Gran Hotel?