Publicidad

MEJORES MOMENTOS | CAPÍTULO 38

La ambición de Cora le mete en problemas

La hija del molinero se enfrenta al Rey y asegura que es capaz de convertir la paja en oro, lo que hace que éste la encierre durante una noche prometiéndole la mano de su hijo si es verdad lo que dice.

En este capítulo nos vamos hasta la juventud de Cora. Desde el primer momento, la hija del molinero se muestra como una mujer de carácter, pese a tener unos orígenes humildes y un padre alcohólico. Así, Cora es capaz de buscarse su propio camino y con su ambición pretenderá ascender en la escala social.

Desde bien joven Cora era una chica orgullosa y sobre todo trabajadora, con una ambición por encima de su condición y con un objetivo claro: ascender, con su trabajo, en la escala social. Eso hasta que aparece Eva para interponerse en su camino y tirándole los sacos de harina con una malintencionada zancadilla que lleva a que el Rey le obligue a disculparse pese a que no fuera culpa suya.

Después, la joven aparece en el baile en honor del príncipe Henry con una máscara negra y un precioso vestido rojo. Pese a su cuidada apariencia, el Rey vuelve a humillarla al encontrar un trozo de paja en su vestido, asegurándose de que comprenda que siempre será la hija del molinero, incluso aunque no lo parezca.

Pero Cora, herida en su orgullo, decide contestarle y le dice que es capaz de convertir la paja en oro. El Rey responde a la insolencia haciendo que pase la noche en una torre repleta de paja, y le ofrece la mano de su hijo Henry si es capaz de convertirla al día siguiente en oro.

Entonces Rumpel se presenta y ofrece un trato a la desesperada Cora: él convertirá la paja en oro si ella le entrega a su hija primogénita.

Publicidad