La tapadera de Sira corre un gran peligro con la reaparición de Ignacio, quien trabaja para el Gobierno y permanece constantemente al acecho. La joven retoma el trabajo en el taller y sus rutinas de espionaje, al tiempo que continúa recopilando información sobre sus clientas alemanas, trasladándola a patrones y visitando el museo y Embassy a la hora del aperitivo.

Su negocio es cada vez más exitoso y, ante la próxima celebración de un gran evento social del círculo germano, se acumulan los pedidos, por lo que necesita otro par de manos sin falta. Hillgarth le recomienda que contrate a alguien de confianza. Es en ese momento cuando aprovechará para contactar con una persona de su pasado para que le eche una mano en el taller.