Raimundo y Sebastián se ven obligados a hablar cuando descubren que Emilia les ha encerrado, por lo que hacen las paces y se comprometen a olvidar todo el pasado.

Mientras, Tristán decide volver a casa con Pepa al no encontrar ninguna pista sobre Martín. Sin embargo, el comandante le cuenta a Pepa que Tristán ha estado a punto de capturar a Carlos sin saber que en realidad todo ha sido una falsa alarma y está camino de casa.

Severiano intenta cortejar a Emilia, que parece dejarse llevar con cierto placer. Por su parte, Alfonso se da cuenta de lo mucho que ha perdido el tiempo y del peligro que supone Severiano: le puede quitar a su Emilia.

Entre tanto, Pedro no sólo no da la bienvenida a la doctora sino que la rebaja por ser mujer. Pero Gregoria le canta las cuarenta, ella es más médico que cualquiera. A su vez, Pepa querrá limar asperezas con la doctora, pero ella le echa del consultorio.

Francisca admite a Don Anselmo que ella quisiera bajar la tensión con Raimundo y acabar con la enemistad que les separa. Aprovecha para ponerle al corriente de la venta de tierras que ha hecho Pedro y le pregunta si conoce movimientos parecidos.

Y, cuando nadie lo espera, llega a la Casona un pastor que dice tener noticias de Carlos y Martín...