El boticario, quien secuestró a Tristán, acude a la casona para confesarle a Francisca que Gonzalo ha visitado la botica y ha descubierto que uno de los frascos contenía anticoagulante. Nerviosa, Francisca lo amenza con acabar con él y su familia si Tristán se entera de que ella está detrás de la muerte de Pepa.

Raimundo, por su parte, intenta sonsacar a don Anselmo lo que le sucede a Francisca, y el motivo de su actitud reacia hacia él. Además, tras una reunión con Francisca, la dueñade la casona le explica que el traspaso de poderes se demorará.

Tristán asegura a Gonzalo que si se demustra que fue su madre quien mató a Pepa, es muy capaz de tomarse la justicia por su mano.

Olmo y Soledad vuelven de un paseo en el que Olmo siente que tampoco ha avanzado nada. La doncella, por fin, parece haberse enterado de algo fuera de lo común.

Por la tarde, Olmo sigue a Luis y Soledad hasta el lugar donde han situado el gramófono. Olmo observa escondido cómo Soledad y Luis bailan el tango.

Pía busca a Mariana en la casona para confesarle que está embarazada. Y como Olmo se ha desentendido del niño, Pía cree que lo mejor sería deshacerse del niño.

Fernando y María visitan a Gonzalo para invitarle a la pedida de mano, pero el joven diácono les explica que no podrá asistir ya que coincide con su ordenación.

En una visita a la casona, Gonzalo aconseja a María que no siga adelante con Fernando, ya que tiene que esperar al hombre adecudado. Pero ella, dolida, no acepta su consejo y le consfiesa que es a él a quien ama. Sin embargo, Gonzalo vuelve a insistir que lo suyo es imposible.

Alfonso lee el telegrama que ha enviado Raimundo tras su reunión con Francisca, y comienza a sospechar que sus peores temores pueden ser ciertos.

María consuela a Mariana porque está triste tras haberle confesado Francisca que acudirá a la boda de María y Fernando para servir. Ella no cree merecerlo, y además, le consfiesa que es una asesina.