María y Fernando negocian las condiciones para romper su matrimonio, aceptando éste un trato de no agresión hacia María y Gonzalo hasta que herede, para proceder luego a la separación. Gonzalo cree que María se ha expuesto demasiado, aunque ambos reconocen que están locos porque Fernando se marche.

En el pueblo hay expectación ante la reapertura de la confitería. Candela no quiere 'hacer sangre' con Francisca y en un encuentro casual evita decirle nada.  Mauricio informa de la reapertura de la confitería a la señora, aunque Francisca ya lo sabía.Candela comienza a trabajar y se da un ligero acercamiento a Tristán, con Aurora cuchicheando tras la puerta. Francisca se lleva la desagradable sorpresa de que la nueva dueña de la confitería es Candela.

Por otra parte, fracasan todos los intentos por quedarse con el bebé y Don Diego se lo lleva ante la impotencia y el pesar de todo el pueblo.

Animada por Hipólito, Quintina intenta hacer las paces con Dolores pero sólo empeora las cosas. Con buenas palabras, Dolores sugiere a Hipólito que se independice.