María confirma que su esposo es un ser abyecto, capaz de cualquier cosa, cuando confirma que fue capaz de ordenar el asesinato de Olmo sólo por dinero. Emilia se enfrenta a Fernando después de lo que María le hubiera contado. Poco a poco, el de Mesía va encontrándose acorralado y desesperado. Aurora revisa a Fernando de mala gana. Éste ve la pepita de oro colgada en su cuello y se va. Conrado explica a Gonzalo cómo van sus trabajos sin percibir que Fernando está escuchándolos.

Gonzalo y Fernando siguen enfrentados. Ni las noticias que le traen sobre la herencia, que Olmo ha decidido dejar en sus manos una vez se celebre el juicio, lo aplacan. Fernando se niega a creer que su padre vaya a cederle su fortuna.

Alfonso y Emilia se ofrecen para lo que los Buendía necesiten. Aníbal está feliz con su familia unida. Isidro comunica a Conrado que vuelve a la granja por la enfermedad de Aníbal.

Olmo se va poniendo nervioso ante la cercanía de la vista. Soledad intenta comprobar si Olmo es sincero o miente. No consigue nada, pero Terence los ve y lo malinterpreta la situación.

Pedro introduce un nuevo producto: las frutas de Aragón. Pedro va a vender las primeras frutas de Aragón a Mauricio y Rosario pero no están y culpa a Dolores.

Conrado le devuelve a Aurora el pañuelo que se había dejado olvidado y le entrega una pepita de oro, la primera que ha encontrado en las tierras que está analizando. Aurora enseña a Gonzalo la pepita de oro.

Jesusa parece estar perdiendo la paciencia con Francisca, que sigue en la misma situación.